Que sea Santiago el laboratorio

Que sea Santiago el laboratorio

En virtud de la convicción que tiene el secretario de Interior y Policía, de que la falta de prevención es la causante del alto índice de delincuencia en Santiago, debería asumirse el compromiso de tomar esa demarcación como laboratorio para el ensayo de medidas de seguridad ciudadana más efectivas y duraderas que Barrio Seguro. Esto así porque suponemos que un simple cambio de mando no haría el milagro de disminuir la estadística delincuencial, en esa o cualquier otra parte del país. Deberíamos tomar a Santiago como laboratorio para rediseñar el plan de seguridad ciudadana de una manera integral, con las características necesarias para ser adoptado a nivel nacional.

El caso de Santiago debería propiciar un nuevo debate sobre las virtudes y yerros de Barrio Seguro, tomando en cuenta con carácter de prioridad, las condiciones en que ejercen sus funciones los policías, cada vez más desafiados no solo en términos de seguridad, sino también en el plano económico. Por la baja remuneración que reciben, nuestros policías están permanentemente sometidos a la tentación del soborno y la extorsión, sobre todo por parte de negocios ilícitos de mucho movimiento económico, como el narcotráfico para citar un ejemplo. Los programas de seguridad ciudadana de este país deben estar en permanente revisión y renovación. Que esta vez sea Santiago el laboratorio.

Un país bajo las armas
Sin estar necesariamente en guerra, este es un país bajo las armas. Las fallas estructurales de la sociedad han permitido la multiplicación de una delincuencia que tiene en las armas su principal herramienta. Las autoridades represivas no garantizan toda la seguridad que merece la sociedad y esto ha dado pie a que cada uno “se arme” para resguardar vida e intereses.

Es evidente que hay que atacar con más decisión la tenencia y porte ilegal de armas de fuego. Generalmente, en los actos de delincuencia están de por medio armas clandestinas, no amparadas en permisos. Son menos los casos  de agresiones con armas legales. Lo que no se entiende es que siendo permanente y creciente el problema de la posesión ilegal de armas de fuego, las campañas oficiales para decomisar estos artefactos  son coyunturales y ocasionales. Está visto que este es un país bajo las armas y el Estado tiene cada vez menos control sobre la situación.

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