¿Qué siga la fiesta? ¡No!

¿Qué siga la fiesta? ¡No!

Todos los días se nota cómo progresa el país. Basta con echar un ojo hacia cualquier dirección y veremos de cuántas bellezas nos beneficiamos.

Aumenta la brecha entre quienes viven y los que mueren día a día por falta de salud, comida, educación, trabajo.

Aumentan más de un 10 por ciento al precio del servicio eléctrico.

Aumentan las horas de apagones.

Aumenta la necesidad de nuevas y cuantiosas inversiones para generar electricidad.

Aumenta el precio de los medicamentos esenciales para tratamiento de diabetes, corazón, presión arterial y un largo etcétera.

Aumenta anualmente el costo de la inscripción en colegios privados.

Aumenta la corrupción en muchos departamentos del Gobierno.

Aumenta la impunidad.

Aumenta la mala calidad del servicio en los hospitales.

Aumenta el desprecio por la vida desde el Gobierno y entre los gobernados.

Aumenta, de manera el cohete espacial de los impuestos y tributos al fisco.

Aumenta el deterioro de calles, caminos, carreteras y puentes.

Aumenta el costo de la vida.

Aumenta la falta de supervisión a comercios que venden:

-pollos congelados cuyo peso es aumentado con trozos de hielo,

-alimentos enlatados con envases dañados, con fechas de vencimiento borradas u ocultadas, 

-paquetes de alimentos granos, embutidos, carnes, grasas, cuyo peso es inferior al que se cobra al cliente.

Aumenta el volumen y la cantidad de artículos comestibles de procedencia extranjera.

Aumenta la falta de financiamiento para la producción nacional en cualquier renglón. Aumenta la nómina pública tanto en el gobierno central como en el sector público descentralizado.

Aumenta, sin prisa pero sin pausas, el sueldo, canonjías, especialidades y cualquier modo de ingresos extras para los altos funcionarios.

Aumenta el número de asesores, contratados y especialistas a quienes se beneficia, amigotes y familiares, con altas sumas de dinero proveniente del fisco.

Aumentan las quejas contra el sistema de inseguridad social que privilegia  unos cuántos que se hacen más ricos con su deservicio. Aumentan las denuncias en educación donde se reportan atrasos en el pago del desayuno escolar, operaciones dudosas y dolosas en el manejo del seguro de los maestros y, nuevamente, la venta de respuestas de los exámenes de las pruebas nacionales.

Mientras, disminuye:

-la persecución contra evasores,

-la calidad de la enseñanza pública y privada.

-se premian las empresas que han retenido fondos a sus empleados para la seguridad social y no los han pagado al sistema. Entre los aumentos abusivos y las carencias crecientes, se alimenta la fragua de la protesta.

¿Acaso se piensa que el país soportará tal situación de desastre indefinidamente?

¿Habrá tantos guardias y policías para contener la indignación popular, si se desborda?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas