¿Qué significa rescatar la cultura?

¿Qué significa rescatar la cultura?

En nuestro país se plantea continuamente que se debe “rescatar la cultura” frase que contiene fuertes contradicciones en su formulación.

La cultura es toda actividad humana que se aprende en la convivencia cotidiana dentro de grupos sociales, sectores y sociedades. De ahí que es un fenómeno vinculado a la vivencia, a pautas, normas que se reproducen a través del tiempo y que tienen un contenido implícito-oculto.

Las manifestaciones culturales muchas veces cambian,  hábitos alimenticios, costumbres, bailes y otras expresiones pueden cambiar o simplemente desaparecer en el tiempo. Las pautas culturales  por su carácter implícito-oculto, al desaparecer no se pueden reintroducir o imponer. Si han desaparecido ya han perdido su significado y razón de ser en su contexto social.

Muchos juegos infantiles que se jugaban hace 20 ó 30 años ya no se realizan. Esos juegos  no se pueden recuperar, perdieron su significado para  niños/niñas y no se vinculan a su cotidianidad. Igual ocurre con el carabiné y la mangulina, dos danzas que dejaron de bailarse en las fiestas y actividades sociales. 

El contacto permanente con otras culturas y grupos sociales generan muchas veces la interculturalidad y el sincretismo como ocurrió  y ocurre con todas las prácticas y manifestaciones que hoy forman parte de nuestra cultura.

En la música encontramos este continuo cambio y la integración de nuevos elementos, ritmos, instrumentos y nuevas formas como ocurre con el merengue de calle, el mambo, rap o reguetón.

En cada época la forma de vestir cambia. La presencia de “modas” influye en las distintas generaciones y se convierten en símbolos culturales para determinados grupos sociales. Condenar o sancionar las modas no tiene razón de ser. El uso de pelo corto o largo,  de aretes y de tatuajes en jóvenes de ambos sexos, se vincula al contacto permanente con la población migrante hacia Estados Unidos o Europa.

Las modas no pueden asociarse a conductas sociales, ya que vestirse de un modo u otro no convierte a la persona en seria, buena o mala.

En nuestros medios de comunicación y en las políticas educativas y sociales debe dejarse de lado este afán de “rescate” cultural que no es más que la expresión de una tendencia conservadora de resistencia a los cambios y a la interculturalidad.

Podemos “rescatar” y “restaurar” utensilios, monumentos y casas,  pero no así  las practicas, hábitos, costumbres y pautas culturales. Estas cambian, se entremezclan y fluyen en los distintos grupos aun cuando se quieran reprimir, prohibir y sancionar.

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