¿Qué son las reservas monetarias
internacionales del país?

¿Qué son las reservas monetarias <BR>internacionales del país?

POR ADOLFO MARTÍ GUTIÉRREZ
La escasez de recursos para atender los crecientes gastos del Gobierno Central ha puesto a las reservas internacionales en la mira del Poder Ejecutivo. Para una Nación, en el manejo de las reservas internacionales hay una fuente posible de recursos y, por tanto, es motivo para que el carácter de su economía busque ingeniarse la forma de aumentar las utilidades que tradicionalmente giran a favor del Estado.

La propuesta es compleja pues se trata del activo más valioso con que cuenta el país, y de su adecuado manejo depende, en últimas, su viabilidad política y económica.

Las reservas no son otra cosa que medios de pago de aceptación internacional generados por tres vías. Primero, por la diferencia entre los ingresos provenientes de la exportación o ventas al exterior y de los gastos que se hacen para la importación o para las compras realizadas del resto del mundo; segundo, por la diferencia entre lo que ingresa por préstamos externos y lo que se paga en capital e intereses por ellos; y tercero, por la diferencia entre los giros que envían los dominicanos residentes en el exterior y los que se les envían a ellos. Así, las reservas monetarias internacionales tienen por objeto atender las necesidades que tienen los gobiernos y los particulares de hacer sus pagos respectivos al exterior.

Por tanto, las reservas internacionales constituyen los activos que el país mantiene en el exterior y que son manejados por la autoridad monetaria, es decir por el Banco Central de la República. Las reservas internacionales le sirven al país como garantía de su capacidad de atender sus obligaciones externas, y su nivel es un indicativo de la solvencia del país. Cuanto mayor sea el nivel de reservas, mayor será el acceso a los mercados y menor el costo. Por el contrario, si las reservas caen por debajo del nivel que los inversionistas externos consideran adecuado, los mercados se cierran, aumenta la prima de riesgo y las agencias calificadoras disminuyen su percepción sobre la probabilidad de cumplimiento de pagos del país, lo que se refleja en una baja de la calificación del riesgo soberano. Para ello es menester vigilar continuamente el comportamiento de indicadores precisos que vislumbren la capacidad de reservas que pudiera tener una economía.

Composición de las reservas

Las reservas monetarias internacionales de un país están compuestas por monedas libremente convertibles. Esto quiere decir que dichas reservas pueden cambiarse legalmente por otras que tienen amplia aceptación internacional, por oro y por Derechos Especiales de Giro (DEGS), que son medios de pago creados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que se manejan exclusivamente en cuentas corrientes en esa institución, sirviendo para que los países cancelen deudas que tengan entre sí o con el Fondo, originadas en comercio o en financiamiento. Un Banco Central debe siempre contar con ciertos criterios para el manejo de sus reservas internacionales, bajo la cual el Banco solo invierte las reservas en títulos con la más alta calificación crediticia otorgada por las calificadoras de riesgo con mayor trayectoria internacional.

Actuando como administrador y guardián de estos recursos, el Banco Central invierte parte de las reservas internacionales utilizando dos criterios fundamentales: la búsqueda de seguridad y una adecuada liquidez. Dichos criterios son más importantes para el Banco que la búsqueda de gran rentabilidad, pues ésta generalmente implica asumir considerables riesgos. El Banco busca que todas sus operaciones con las reservas sean seguras, porque para tener ágiles relaciones comerciales con el exterior se requiere solidez y estabilidad antes que ganancias. Se busca liquidez porque la confianza en el país se fortalece cuando existe capacidad para efectuar los pagos que sean necesarios al resto del mundo. Obedeciendo a estos criterios y con el objeto de velar por el cumplimiento en el pago de las obligaciones externas del país, las reservas se invierten en activos financieros con un amplio mercado secundario y una parte de ellas se mantiene como capital de trabajo, garantizando la disponibilidad inmediata de divisas. Es de anotar que esta política de inversión, en el corto plazo, algunas veces trae como consecuencia ingresos o egresos extraordinarios producto de las variaciones de las tasas de cambio de las diferentes monedas frente al dólar.

Las reservas internacionales brutas dominicanas alcanzaron un monto de 828.9 millones de dólares durante 2002, para bajar a 489.2 millones en 2003. En 2004, las reservas totalizaron 1,045.4 millones de dólares. De ese saldo total, 78.9%, representan activos internacionales (US$824.8 millones), de los cuales US$779.8 millones (94.5%) son inversiones financieras en el exterior en depósitos y títulos valores y el saldo restante, US$45.0 millones (5.5%) constituyen aportes de organismos internacionales de mediano y largo plazo y DEGS. En los activos internacionales, se suman las partidas de US$41.8 millones en oro y disponibilidades en caja, US$242.5 millones en depósitos a la vista, US$537.3 millones en depósitos de corto plazo, US$3.2 millones en DEGS, y US$222.6 millones en pasivos internacionales de corto plazo, los cuales afectan negativamente las reservas. Así, de restar a los activos internacionales (US$824.8 millones) los pasivos de corto plazo, obtendríamos reservas internacionales netas por valor de US$602.2 millones en 2004.

El monto óptimo

El manejo dado por los bancos centrales a las reservas internacionales de sus respectivos países es muy similar en el mundo entero y se rige por los lineamientos establecidos por el FMI. De igual forma, es común que los rendimientos de estas reservas, que en la práctica se constituyen en las utilidades del Banco Central, sean entregados al gobierno, a pesar de no ser este el dueño de las mismas. Cuando se establece el monto óptimo de reservas internacionales que debe tener un país siempre deben considerarse los costos y beneficios de mantener un determinado nivel. Pero, para establecer este nivel, no solo se debe comparar el costo de oportunidad de las distintas alternativas en que se pueden invertir las reservas (consumo, inversión o pago de la deuda), sino el costo para la economía de quedarse sin ese nivel adecuado de reservas. No hay que olvidar que una reducción de las reservas al punto de poder contar con la garantía para enfrentar choques externos tiene un gran costo económico y social y puede conducir a situaciones difíciles que cuestionen la propia viabilidad económica y política del país.

Una forma analítica de evaluar el nivel adecuado de reservas internacionales es vinculando su nivel con los compromisos en divisas. Los indicadores de liquidez más conocidos relacionan las reservas con las amortizaciones de la deuda externa, al mismo tiempo de comprobar su relación con respecto al nivel de la oferta monetaria (M2) o las importaciones. Estos son particularmente útiles cuando la discusión frente al nivel óptimo de reservas se convierte en un tema prioritario.

Indicadores económicos

Las reservas internacionales brutas de la República Dominicana han promediado cerca de 500 millones de dólares en los últimos 20 años, representando un 5.1% del Producto Interno Bruto (PIB). Esto ha implicado un crecimiento promedio anual de 17.6%. Dichas reservas monetarias han superado más del 5% del PIB aquellos años en los cuales el país ha pactado acuerdos con el FMI y, recientemente, con la colocación de los bonos soberanos en los mercados internacionales. No obstante, el nivel de reservas disminuyó 38.2% en 2002 y 41.0% en 2003, debido al uso y distribución de recursos de los bonos soberanos, al descalabro bancario, y al impacto de la depreciación de la tasa de cambio. Ya en 2004, las reservas internacionales alcanzan nueva vez los 1,000 millones de dólares y las reservas internacionales netas (descontando los pasivos de corto plazo) pasan a representar un nivel cuatro veces superior al monto promedio de esas dos décadas (149.4 millones), al llegar a un saldo que superó los 600 millones de dólares.

Si quisiéramos intentar evaluar un probable nivel adecuado de reservas en el país, se evidencia que durante los últimos 20 años, la relación entre las reservas internacionales brutas y el M2 ha promediado 20.26%, queriendo esto decir que lo normal ha sido que las reservas monetarias acumuladas en las bóvedas del Banco Central respalden cerca del 20% de la oferta monetaria en circulación (vista como la suma de el efectivo y el total de depósitos). Sin embargo, esta relación cayó muy por debajo de ese nivel en los años 2002 y 2003, al arrojar coeficientes de 10.4 y 6.1%, respectivamente, pero duplicando casi dicho porcentaje (11.6%) en 2004. Asimismo, entre 1984 y 2004, los niveles de reservas monetarias del país han respaldado, en promedio, un 50% de la emisión monetaria del Banco Central. Esta relación alcanzó un record histórico en el año 2003, cuando las reservas respaldaron tan solo el 19.3% de la emisión, subiendo el siguiente año a 39.3%, a raíz de los efectos de la política de restricción monetaria del Banco Central.

Con respecto al intercambio comercial de bienes y servicios, las divisas en el Banco Central, en el mismo periodo, han representado el 21.5% del valor de las exportaciones de bienes y servicios y 12.9% del valor monetario total de las importaciones recibidas en el país por bienes y servicios. Estas últimas han significado divisas para 1.5 meses de importaciones, ante una demanda promedio de importaciones de 466.4 millones de dólares. Así, de manera similar, el coeficiente reservas/importaciones cayó a 8.2 y 5.5% en los años de 2002 y 2003, respectivamente, subiendo a una razón de 11.6% en 2004. En cambio, el valor del coeficiente de las reservas y las exportaciones mantuvo razones porcentuales cercanas al promedio en 2002 y 2004 (de 21%) pero bajó considerablemente a 10.8% en 2003, fundamentalmente debido al impacto de la tasa de devaluación cambiaria de 65.1% (que pasó de 18.5 por 1 a 30.6 por 1).

El autor es economista y profesor universitario.

E-Mail: adolfomarti@verizon.net.do

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