¿Qué son los linfomas?

¿Qué son los linfomas?

Doctora María Jesús Benzo
Gerente de Hematología HGPS

Los linfomas son un conjunto de neoplasias hematológicas que afectan los linfocitos, células que forman parte esencial de nuestro sistema inmune. A los linfomas también se les llama tumores sólidos hematológicos para diferenciarlos de las leucemias y a diferencia de otros tipos de cáncer, como el de pulmón, mama o colon, que pueden afectar en su extensión los ganglios linfáticos, la característica de los linfomas es que se originan y desarrollan en los ganglios linfáticos.

En general, el linfoma es un tipo de cáncer que se desarrolla cuando se produce un fallo en diferenciación de los linfocitos (glóbulos blancos de la sangre que ayudan a luchar contra las infecciones).

Este fallo provoca el desarrollo de un linfocito anómalo que crece principalmente en los ganglios linfáticos aumentándolos de tamaño, pero también puede afectar otros órganos como la médula ósea, el bazo, hígado y la piel principalmente, aunque cualquier órgano del cuerpo puede verse afectado por esta enfermedad.

Los linfomas son una forma de cáncer que tiene una prevalencia o que afecta a más de un millón de personas en todo el mundo. El linfoma no Hodgkin es el tercer tipo de cáncer con mayor crecimiento, después del melanoma y del cáncer de pulmón. La incidencia de linfomas aumenta en un 3 % anual y a partir del año 2000 es la quinta causa de mortalidad por cáncer, con unas cifras de unos 60 000 nuevos diagnósticos cada año en los Estados Unidos de América.

Según el Instituto Nacional de Salud estadounidense, los linfomas son el 5 % de todos los tipos de cáncer en esa nación, y la enfermedad de Hodgkin sólo es el 1 %.

¿Cómo se diagnostica? La etiología de los linfomas no se conoce, aunque se ha asociado situaciones de inmunosupresión en el paciente.

La relación de algunos virus, como el virus de Epstein-Barr, el citomegalovirus, el virus de inmudeficiencia humana (VIH) adquirida en la génesis de los linfomas está claramente demostrada así como también se ha visto que ciertas bacterias como el Helicobacter pylori han estado implicadas en ciertos linfomas gástricos.

El aumento del tamaño de un ganglio o adenopatía es el síntoma de presentación más común de un linfoma y es la razón por la que la mayoría de los pacientes van al médico.

Los ganglios aparecen aumentados de tamaño generalmente en la región cervical, axilar e inguinal. Habitualmente no son dolorosos y se presentan de manera asimétrica.

No todo aumento de un ganglio significa que se trate de un linfoma, existen otras etiologías, entre ellas las infecciosas, que también producen aumento de los ganglios y de ahí la importancia de visitar al médico ante la aparición de este signo.

Algunos pacientes pueden presentar signos y síntomas que si bien no son específicos de la enfermedad, aunado a la presencia de adenopatías periféricas nos pueden orientar a la posibilidad de que se trate de un linfoma.

Estos signos y síntomas son la pérdida de peso inexplicada por encima del 10 % del peso corporal en los últimos seis meses, fiebre superior a 38 grados centígrados sin signos clínicos de infección, sudoración nocturna profusa (hasta empapar la ropa) y prurito o picazón en el cuerpo. Además pueden presentar signos llamados inflamatorios como lo es un aumento de la eritrosedimentación, del fibrinógeno, de la alfa 2 en la electroforesis, de proteínas, aumento de la deshidrogenasa láctica y anemia moderada.

¿Esta enfermedad tiene cura?

Cada linfoma tiene un tratamiento diferente, pero los tratamientos convencionales ahora incluyen diversos regímenes de quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia, o combinaciones de dichos tratamientos, dependiendo del paciente y su contexto.

Es natural que cualquier persona que se enfrente con el cáncer se preocupe acerca de lo que le depara el futuro.

Comprender la naturaleza del cáncer y qué esperar, puede ayudar a los pacientes y sus allegados a planificar el tratamiento, anticipar cambios en su modo de vida, y tomar decisiones financieras y sobre la calidad de vida.

Se identificaron cinco factores pronósticos importantes de riesgo para la supervivencia general:
1. Edad (=60 años vs. >60 años).
2. Lactato-deshidrogenasa láctica (LDH) sérica (normal vs. elevada).
3. Estadio (estadio I o estadio II vs. III o estadio IV).
4. Concentración de hemoglobina (=120 g/l vs. <120 g/l).
5. Número de áreas ganglionares (=4 vs. >4).

Los estadios tempranos de la enfermedad (I y II) tienen una mejor sobrevida libre de enfermedad a 5 años que las formas avanzadas (estadios III y IV). La supervivencia libre de progresión está directamente relacionada con el número de factores de mal pronóstico presentes en un paciente.

Esta supervivencia a los cinco años es del 84 % si no existe ningún factor adverso. Cada factor añadido disminuye la supervivencia libre de progresión a los cinco años un 7 %, siendo del 42 % si existen cinco o más factores pronósticos adversos.

Conozca sus clasificaciones

Con todas estas técnicas se puede hacer una clasificación precisa de los linfomas. La principal clasificación los divide en dos grupos según su origen celular.
1. Linfoma de Hodgkin: Debe este nombre al médico que la descubrió, Thomas Hodgkin, en 1832. A partir de la década de 1990 la incidencia de la enfermedad de Hodgkin va descendiendo.
2. Linfomas no-Hodgkin: Son un conjunto de linfomas muy heterogéneo tanto desde el punto de vista clínico como histopatológico razón por lo que existen múltiples clasificaciones. En el linfoma no-Hodgkin se incluyen más de treinta linfomas diferentes. Al contrario de lo que ocurre con la enfermedad de Hodgkin, la incidencia va en aumento a partir de 1990.
Una vez hecho el diagnóstico hay que hacer estudios de imágenes, radiografías, tomógrafias, PET-CT y biopsia de médula ósea para determinar la extensión de la enfermedad y la presencia de metástasis y hacer una propuesta de tratamiento específica para cada paciente.

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