¿Qué sucedería con los mercados financieros en un segundo mandato de Trump?

¿Qué sucedería con los mercados financieros en un segundo mandato de Trump?

Julio E. Diaz Sosa

Cuando ocurrió el atentado contra el expresidente Donald Trump, según el analista de estadísticas estadounidense Nate Silver, las probabilidades de que Trump ganara la elección eran del 65 %. Actualmente, esas probabilidades han bajado al 49 %. Aunque sus posibilidades son mucho más bajas que hace un mes, todavía tiene una alta probabilidad de ganar en noviembre. Por esta razón, vamos a analizar cuáles podrían ser sus medidas económicas en un segundo mandato, aunque ni él ni su campaña han anunciado aún un plan económico concreto.

Sin embargo, basado en su primer mandato, sabemos que Trump tiene una filosofía económica bastante clara. Está a favor de la desregulación y la reducción de impuestos, se opone a las energías renovables y al movimiento verde, y ha demostrado ser un mercantilista, ya que impone aranceles a las importaciones de países con los que Estados Unidos tiene un déficit comercial, como China.

Durante su primer mandato, Donald Trump redujo sustancialmente los impuestos tanto para individuos como para corporaciones a través de la «Ley de Recortes de Impuestos y Empleos de 2017». El impuesto corporativo se redujo del 35 % al 21 %, mientras que los impuestos individuales también se recortaron drásticamente en todos los niveles, incluyendo el crédito fiscal por hijos y las reducciones del impuesto sobre sucesiones, entre otros. Aunque el recorte de impuestos corporativos de 2017 fue permanente, los recortes de impuestos para individuos están programados para expirar a finales de 2025. Mientras tanto, Trump también lanzó una guerra comercial contra las importaciones chinas, elevando la tasa arancelaria del 4 % a más del 25 % entre 2018 y 2019.

Existen pocas dudas de que Trump extenderá sus recortes de impuestos de 2017 para finales de 2025 si gana las elecciones de noviembre. Los demócratas, por otro lado, probablemente aumentarán los impuestos a aquellos que ganan US$400,000 o más al año, devolviéndolos a los niveles anteriores a 2017. No hay indicios de si los recortes adicionales de impuestos de Trump estarían completamente financiados (algo que ha ocurrido en el pasado), aunque ha amenazado con aumentar los aranceles sobre los productos chinos al 60 % desde el actual 25 %, y con imponer un arancel del 10 % a todas las importaciones estadounidenses. Parece creer que los aranceles más altos deberían financiar los recortes de impuestos.

En general, el sector corporativo apoya la reducción de las tasas de impuestos corporativos y la desregulación. La eliminación de impuestos sobre las propinas también cuenta con apoyo bipartidista. Sin embargo, el sector empresarial es cauteloso respecto al aumento de aranceles y las estrictas restricciones comerciales, ya que tendrían implicaciones negativas para los negocios y las ganancias. La fuerte caída en las acciones de semiconductores en la segunda semana de julio, tras el comentario de Trump de que Taiwán debería pagar por su defensa, es un recordatorio agudo de la posible llegada de tiempos turbulentos en lo que respecta al comercio, los flujos de capital, la tecnología y los aranceles.

La teoría económica es clara respecto al impacto de los recortes de impuestos en la economía y en los mercados financieros a corto plazo: la reducción de impuestos impulsa el crecimiento del PIB real y las ganancias corporativas, lo que, por lo tanto, es positivo para las acciones. Sin embargo, los recortes de impuestos también pueden llevar a tasas de interés reales más altas, lo que, en teoría, no debería afectar negativamente los precios de las acciones. No obstante, las tasas de interés más altas pueden reducir los múltiplos de las acciones.

Por otro lado, una política fiscal expansiva en forma de recortes de impuestos suele llevar a una apreciación de la moneda. En el modelo de Mundell-Fleming, con un régimen de tipo de cambio flotante, los recortes de impuestos impulsan el crecimiento del PIB, así como las tasas de interés, lo que conduce a una apreciación de la moneda. Esto es particularmente cierto cuando los recortes de impuestos se combinan con una política monetaria restrictiva, ya que esta última duplica la presión al alza sobre las tasas y, por lo tanto, sobre el tipo de cambio. Sin embargo, las implicaciones para el mercado de divisas son ambiguas si la expansión fiscal se combina con una política monetaria expansiva. En este escenario, la dirección del mercado de divisas depende en gran medida de las tasas de interés domésticas en relación con el resto del mundo, así como de las perspectivas de crecimiento relativo.

Referencia histórica

El único presidente en la historia de los Estados Unidos que ha ocupado el despacho oval en dos períodos no consecutivos fue el demócrata Grover Cleveland (1885-1889 y 1893-1897). Donald Trump sería el segundo en caso de ser electo el 5 de noviembre. Sin embargo, el precedente histórico del segundo mandato de Grover Cleveland no es nada halagüeño.

He aquí el cóctel de lo acontecido en ese segundo mandato de Cleveland: una burbuja en la industria ferroviaria, la caída de los precios internacionales de las materias primas, un exceso de oferta de plata y las preocupaciones sobre la inflación culminaron en corridas bancarias en todo el país durante el Pánico de 1893 y lo que entonces se denominó la «Gran Depresión», hasta que llegó la Gran Depresión de 1929 y la década de 1930.

Cleveland fue culpado por esta «primera Gran Depresión», pero el daño se había hecho unos años antes, en parte porque el Congreso aprobó la Ley de Compra de Plata Sherman en respuesta a las quejas de los agricultores sobre la deflación y su incapacidad para pagar sus deudas. La ley requería que el gobierno de los Estados Unidos comprara 4.5 millones de onzas de plata cada mes con una nota del Tesoro, que podía canjearse por plata u oro. Esto esencialmente aumentó los dólares en circulación sin un crecimiento proporcional en oro físico, un problema, ya que el oro podía canjearse por dólares. El valor de la plata se desplomó debido al exceso de oferta, y las personas que pensaban que no podrían convertir dólares de plata y billetes de banco en oro hicieron una corrida a los bancos. Las reservas del Tesoro se agotaron y el gobierno de los Estados Unidos terminó teniendo que pedir prestados US$65 millones en oro a un banquero de Wall Street llamado J.P. Morgan y a la familia Rothschild de Inglaterra. La tasa de desempleo alcanzó el 25 % en Pensilvania y el 35 % en Nueva York. 500 bancos cerraron, y se informó que 15,000 empresas quebraron. El índice Dow Jones cayó más del 24 % en un solo día, el 5 de mayo de 1893. Este dudoso récord se mantuvo hasta 1929. El índice terminó con una caída de alrededor del 24 % ese año. Las acciones se mantuvieron planas los años siguientes.

Finalmente, no se espera que un segundo mandato de Trump sea tan desastroso como el de Grover Cleveland para los mercados financieros. Sin embargo, un segundo mandato podría resultar en una mezcla de resultados ambiguos para el mercado de valores. Por un lado, un recorte de impuestos corporativos y la desregulación son positivos para los precios de las acciones, pero aranceles muy altos son negativos. El resultado final dependerá en gran medida de si sus propuestas arancelarias radicales son solo una muestra de bravuconería política o si se convertirán en políticas reales. De lo contrario, los inversionistas deben estar preparados para cuatro años de altísima volatilidad.