Que termine en paz la campaña

Que termine en paz la campaña

Al aproximarse el final de la campaña electoral y la fecha de las elecciones presidenciales, las pasiones se agudizan en los partidos políticos y se hace más tensa la búsqueda de adhesiones, la caza de votos. Como consecuencia de esas tensiones y del hecho de que muchos de nuestros líderes han echado leña al fuego con su verbo encendido y destemplado, se han producido incidentes lamentables y luctuosos.

Esos mismos líderes deberían reflexionar sobre las consecuencias de su conducta. En la fiesta de la democracia no debería haber lugar para la violencia pues, a fin de cuentas, no gana el que más disparos acierte en sus contrincantes, sino el que más votos reciba de los electores.

Conviene que en estos días se haga énfasis en el respeto mutuo, en el reconocimiento de la libertad que tiene cada uno a militar en la organización de su preferencia y  la igualdad de derecho a los espacios públicos. Sería oportuno que cada partido se ocupe de apaciguar a sus militantes y llamarlos a actuar con prudencia, sin provocaciones hacia sus contrincantes. La Junta Central Electoral y otras voces autorizadas han llamado a la cordura, a evitar enfrentamientos que no tienen razón de ser. Si vamos a decidir por elección quien será el próximo presidente de la República, no tiene razón de ser el preámbulo violento que propician algunos. La campaña y todo el proceso deben concluir en paz.

Autosuficiencia alimentaría

La República Dominicana ha vuelto a ser autosuficiente en producción de arroz. Lo fue en tiempos de la tiranía de Trujillo, pero perdió esa condición por los caprichos de la política vernácula. Ha sido autosuficiente en otros renglones de la agropecuaria, pero ha habido declinaciones dramáticas, algunas determinadas por falta de políticas correctas.

Ahora, en tiempos de carestía de alimentos, es  preciso que busquemos la autosuficiencia, al menos en los componentes de la canasta familiar. Por ejemplo, somos autosuficientes en pollos y huevos y de vez en cuando tenemos excedentes. La suficiencia alimentaría es uno de los principales soportes de la paz social de los pueblos. Ahora deberíamos trazar planes y poner en práctica políticas de eficiencia en la producción agrícola y pecuaria. Debemos poner énfasis en los avances tecnológicos que permiten altos rendimientos a costos moderados. Invirtamos en procura de la autosuficiencia alimentaría.

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