¿Qué tienen en común Duquesa y La Barquita?

¿Qué tienen en común Duquesa y La Barquita?

Los debates en torno al vertedero de Duquesa evidencian  los intereses económicos que se mueven detrás de esa infraestructura. Los intereses económicos y políticos no permiten entendimiento, se bordea la irracionalidad y prima el interés particular sobre el interés general. Los terrenos aptos para el manejo de los residuos  escasean en el ex Distrito Nacional. Y se necesitan para otras y más inversiones de políticas públicas: la dificultad de conseguir terrenos para la construcción de escuelas públicas han puesto de manifiesto la necesidad de catastros municipales y al mismo tiempo, las limitaciones gerenciales de nuestros municipios. En el caso del vertedero de Duquesa, vemos cómo todos los municipios ahora quieren manejar “su” vertedero y sin embargo, la lógica y la racionalidad en el uso del territorio indican que un vertedero puede servir a varios municipios, que los costos son tales, que deben ser compartidos y que para su ubicación se requiere de terrenos aptos para ese uso, de buena accesibilidad y proximidad y que no todos los municipios tienen a su disposición tales terrenos. 

Si le prestamos atención al proyecto de La Barquita es porque conocemos  las dificultades de un mejoramiento barrial: en La Barquita ya la población se duplicó, los “dueños” expulsan los inquilinos, piden justa tasación de sus “bienes” y los pequeños negocios  también, como “empresarios” al fin. Se requiere de equipos profesionales especializados y aguerridos en ese tipo de intervención urbana, que demanda además, presencia permanente en el terreno.

¿Qué tienen en común esas problemáticas urbanas? Evidenciaron que el país requiere del funcionamiento real, efectivo de un organismo de ordenamiento territorial, en un ámbito regional.   Se requiere de una proyección en el espacio de las políticas social, cultural, ambiental y económica para un uso adecuado de todos sus recursos, y el recurso “tierra” es el primero.

El ordenamiento territorial y regional se  concretan  en planes de diferentes escalas, que expresan el modelo territorial de largo plazo que la sociedad percibe como deseable y las estrategias mediante las cuales se actuará sobre la realidad para alcanzar  dicho modelo. En la actualidad, el país tiene diez regiones, y es necesario, a partir de la Estrategia Nacional de Desarrollo y que cada una de ellas, definan sus metas. El ex Distrito Nacional requiere de autoridades regionales, competentes, profesionales y responsables que definan sus prioridades, y el vertedero es una de ellas.

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