¡Qué tipo de alcaldes nos gastamos!

¡Qué tipo de alcaldes nos gastamos!

Aunque el alcalde del Distrito Nacional tiene abandonados, paralizados y sin fecha de inicio de trabajos el parque Eugenio María de Hostos, la playa de Güibia y remodelación del Malecón, lo cual abordaremos en otra entrega, en esta ocasión  vamos a referirnos al de la metamorfosis de la ciudad de Puerto Plata, por haber cometido el desafuero de haber demolido el Parque de la Libertad Héroes de Luperón 1949, que estaba situado en el triángulo de las calles Beller, 12 de Julio y 27 de Febrero, en la Novia del Atlántico.

   De seguro, el actual Alcalde, para la fecha en que aquellos titanes amarizaron en la bahía de Luperón no había nacido y por lo tanto, ni tiene idea de lo que aconteció, ni tampoco supo que hubo muertos entre los que venían a liberarnos y que los demás fueron encarcelados, vejados y maltratados por los esbirros del dictador Trujillo.  Estamos seguros también, que aquellos héroes, hoy todos ya desaparecidos, se deben estar revolcando en sus tumbas por desbarrar este ignorante supino, al cometer esta acción indigna amparada por las sombras de la madrugada.  Y nos preguntamos: ¿Fueron consultados los familiares de esos paladines de la libertad?

¿Aprobaron los miembros de la Sala Capitular este atentado a la memoria de aquellos valientes que desafiaron el poderío de Trujillo?

¿Merecía la heroica ciudad de Puerto Plata, cuna de tantos valientes, este cobarde atentado?  De seguro que no.

   Argumenta el Alcalde que asoló el monumento porque tiene en mente construir uno más ostentoso.  Pero, ¿Se cree usted dueño de la ciudad por el hecho de haber sido elegido para ese cargo público?  Usted se debe a la comunidad que lo llevó a detentar esa posición  y, por lo tanto, debió consultar a los que votaron a su favor y sus representantes.  Actuar de manera inconsulta ha hecho que los familiares piensen que la acción unilateral que cometió fue con la anuencia de los puertoplateños. Usted está conminado a levantar cuanto antes un monumento colosal para recordar a esta y las generaciones futuras,  el sacrificio de un puñado de intrépidos internacionalistas que osaron  desafiar la dictadura más despiadada de América.

   Para refrescar su memoria, los nombres de aquellos idealistas y de los que se inmolaron; dominicanos: Horacio Julio Ornes Coiscou; Tulio Hostilio Arvelo Delgado; José Rolando Martínez Bonilla; Miguel Ángel Feliú Arzeno (Migelucho); Federico Horacio Henríquez Vásquez (Gugú); Manuel Calderón Salcedo; Hugo Kunhardt; y Salvador Reyes Valdez; nicaragüenses: José Félix Córdoba Boniche; Alberto Ramírez; y Alejandro Selva;  costarricense: Alfonso Leyton; estadounidenses: señores Schavvin (piloto); Scruggs (co-piloto) y Marrot (ingeniero de vuelo).

   Un rumor local que circula con bastante insistencia es que en el lugar de la demolición serán instaladas unas casetas para vender productos artesanales a los turistas.  Ojala esto sea sólo un runrún, porque de ser cierto, las protestas nacionales e internacionales, lloverán como granizo dañando la imagen, no sólo del Alcalde sino del partido político que lo llevó  al poder.  Reflexione señor Alcalde y en un futuro, cuando tenga que tomar una acción de este tipo y usted piensa mejorar lo existente, hágalo público antes, para evitar suspicacias.  Además, oiga el consejo de los mayores y empápese más de nuestra historia. 

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