¿Quién no ha fantaseado con todo lo que haría si se saca la lotería? Cuántos problemas resolveríamos, cuántos gustos nos daríamos.
De hecho, es esta ilusión del gran ingreso repentino la que nos impulsa a comprar el billete.

Como paseo de la imaginación, este ejercicio es bastante entretenido. Sin embargo – y sin ánimo de matar la ilusión de nadie – la realidad es que casi nunca una avalancha súbita de dinero se traduce en bienestar sostenible en el tiempo.

Las estadísticas avalan esta afirmación. Recientemente, CNN en Español citó un reporte del Fondo Nacional para la Educación Financiera de los Estados Unidos (NEFE, por sus siglas en inglés) en el que se establecía que alrededor del 70 por ciento de los que reciben dinero inesperado – incluyendo los ganadores de los premios de lotería – lo pierden en tan solo un par de años.

Tremendo. Y, sin embargo, desde la perspectiva de la cultura financiera, esta estadística hace todo el sentido del mundo. Porque sin hábitos adecuados y sin una gestión permanente de cuánto gastamos – y de porqué lo gastamos – ninguna prosperidad es sostenible, independientemente del ingreso que tengamos.

Si no teníamos buenos hábitos y buena gestión antes de recibir una gran suma de dinero, ¿los tendremos luego de recibirla?

Con o sin lotería, la mejor inversión que podemos hacer es mejorar nuestro grado de cultura y de educación financieras. Es la única forma de que el ingreso – brusco o no – llegue donde debe llegar.

Cristian Burgos C. y Paulo Herrera M.
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