Los municipios son el primer nivel de gobierno autónomo del Estado, de donde deben salir los futuros líderes de la nación, porque deben resolver los problemas de la vida cotidiana de los ciudadanos a partir de la voluntad de éstos, sin intervención del gobierno central. Los más pequeños se pueden reunir en comunidades para cumplir mejor sus objetivos reduciendo los costos.
En el último gobierno del PRD, de Hipólito Mejía, los municipios aumentaron su financiamiento sucesivamente de un 2%, al 4, 6 y el 8%, e hizo aprobar por ley un 10%, suficiente para que con una buena supervisión cumplieran su rol de proveer servicios públicos satisfactorios a sus vecinos.
A la llegada del PLD al poder en el 2004, se congelaron sus fondos presupuestales y se inventaron un “presupuesto complementario”, del cual se excluyeron los ayuntamientos. Para colmo de males, los distritos municipales, con población y territorios restringidos, se comenzaron a tratar como municipios plenos, con una asignación mínima (Ley 76-07),y en poco tiempo redujo la asignación real de los municipios a cerca del 2% de los ingresos corrientes, lo que los imposibilita para cumplir su papel mínimamente; además de que no participan en los proyectos que afectan su territorio, por lo cual deben mendigar al Ministerio de Obras Públicas que les arreglen algunas calles como favor político, generalmente a los cabildos peledeístas.
Si los hacedores de la Constitución de 2010, hecha de espaldas de lo que mandaba el texto anterior, hubieran escuchado a los verdaderos municipalistas, hubieran colocado las elecciones municipales con dos años de diferencia con respecto a las presidenciales y legislativas del gobierno central, para que no fueran víctimas del arrastre de quienes quieren manipularlo todo.
De todas maneras, la separación de solo tres meses ayuda a reducir la influencia nefasta de los poderes centrales. Los dirigentes municipales del comunicado aparecido el pasado martes 9 de julio, demuestran palpablemente con su unanimidad, que responden a la misma influencia despótica del desgobierno que padecemos y que no reflejan los verdaderos intereses de los municipios, puesto que en lugar de luchar porque se cumpla la ley de financiamiento de los municipios del 10% de los ingresos ordinarios, se conforman con poco más del 2% que reciben; y como la mayor parte no rinde cuentas de sus gastos les basta para hacer de las suyas con tratativas muchas veces escandalosas, mientras tienen empleados que devengan hasta mil pesos mensuales, quedando éstos abandonados y sus pueblos arrabalizados, con puentes como el que aparece en una foto reciente, sin barandas, con hoyos y a punto de caerse.
Para colmo, los pseudo municipalistas de marras anuncian un supuesto colapso financiero, no por los millones que gasta el gobierno a diario en propaganda de lo que dice hacer, endeudando al país irremisiblemente, sino supuestamente por el gasto extra de los comicios municipales, que se harán con los mismos padrones, instrumentos técnicos y personal que las nacionales, que servirán para perfeccionar a estas últimas.
Lo que sí es totalmente innecesario es el voto preferencial, que solo beneficia a los reeleccionistas, pues las primarias ya seleccionarán a los más populares.
Lo demás es pura palabrería para dar argumentos a los reeleccionistas, que están totalmente desacreditados.