Pocos postres son tan sencillos de elaborar y resultan tan gratificantes al paladar como el merengue, un postre cuya base principal es el huevo.
Para su elaboración se utilizan claras de huevo batidas y se le añade un poco de azúcar.
Este clásico de la pastelería se usa, por lo general, como cubierta de postres, pero también es utilizado como relleno e incluso se consume solo, con frutas frescas o secas.
Por la rapidez de su elaboración, puede ser una solución efectiva cuando se recibe invitados y no se sabe qué postre servir.
Si se hacen al horno se les llama “suspiros” o “merenguitos”.
Muchas son las cocinas internacionales que se disputan su origen, y dependiendo del país, varía la forma de elaboración. El merengue francés, el suizo y el italiano están entre los más famosos. Aquí les traemos algunas versiones.
recetas
Merengue francés
Para el relleno:
Crema chantilly
Dulce de leche
Para las tapitas de merengue:
Esencia de vainilla
1/2 taza de azúcar impalpable
Cremor tártaro
1/2 taza de azúcar
3 claras de huevo
Preparación. Batir las claras de huevo con una pizca de cremor tártaro. Cuando las claras estén espumosas, incorporar en forma de lluvia el azúcar. Pasar las claras merengadas a un bol y agregar el azúcar impalpable. Colocar la preparación en una manga con boquilla lisa de 12 mm. Trazar las tapas de los merengues sobre una placa enmantecada y empapelada. Llevar al horno a 100°C de 90 a 120 minutos. Cuando se hayan enfriado, unir las tapas con crema o dulce de leche. Servir.
Mousse de merengue suizo y mango
1/2 taza de azúcar
6 yemas de huevo
2 cucharadas de harina de maíz
1/2 vaso de jugo de mango
1 vaina vainilla
Para el merengue suizo:
2 tazas de azúcar
4 claras huevo
Preparación. Preparar una crema pastelera sustituyendo la harina por harina de maíz y la leche por el jugo de mango. Aparte, hacer el merengue suizo: separar las claras de las yemas y emulsionar las claras dentro de un recipiente limpio con unas varillas al baño maría hasta llegar a 55º. Echar el azúcar y seguir batiendo fuera del fuego hasta que enfríen y el merengue haya adquirido consistencia. Para armar este postre, utilice pequeños moldes cilíndricos y vaya llenando con capas de merengue, alternándolas con la crema de mango, y reservar en el congelador hasta que esté helados. A la hora de servir, desmolde y acompañe de unas finísimas rodajas de mango.
Arrollado de merengue y frambuesas
Para el merengue
1 taza de azúcar
4 claras de huevo
1 cucharada de vinagre blanco o de alcohol
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 cucharadita de fécula de maíz
Un puñado de almendras fileteadas
Para el relleno
1/2 taza de nata líquida
3 cucharadas de queso mascarpone
1/2 taza de frambuesas
4 cucharadas de azúcar glas
Para la decoración:
Azúcar glas, (la cantidad necesaria)
Hojas de menta (cantidad necesaria)
Preparación. Precaliente el horno a 180 °C. Cubra una bandeja para horno de 30 cm x 20 cm con papel vegetal. Bata las claras a punto de nieve y vaya incorporándole el azúcar de manera progresiva hasta lograr un merengue firme. Agregue la fécula de maíz, el extracto de vainilla y el vinagre de alcohol. Continúe batiendo para que se integren todos los ingredientes y vierta la preparación sobre la placa. Extienda por toda la superficie con ayuda de una espátula y espolvoree con las almendras fileteadas. Hornee el merengue durante 15 minutos y cuando lo retire, déjelo enfriar por cinco minutos antes de desmoldar. En otro recipiente, bata la nata líquida bien fría junto con el azúcar glas y el queso mascarpone hasta lograr una crema chantilly firme. Esparza la crema chantilly sobre el merengue frío. Añada las frambuesas y enrolle suavemente. Coloque el arrollado de merengue y frambuesas sobre una bandeja y espolvoree con azúcar glas. Decore con algunas hojas de menta y frambuesas y lleve al refrigerador durante una hora antes de servir.