¡Qué vivan el copy-paste y la idiotez!

¡Qué vivan el copy-paste y la idiotez!

Terminé el semestre universitario y con él, el año 2010, arropada por un  desgaste anímico que encuentra sus raíces en la convicción que tengo que desde la escuela primaria, pasando por la secundaria hasta la Universidad, la calidad del estudiante dominicano se ha degradado a un punto tal que es alarmante.   Añadido a ese hecho, se une la confirmación  que para disfrazar esa realidad, ese mismo estudiante no busca superar esa situación, sino que aprendió a usar manías tramposas, que podrían, un día,  llegar al delito: el plagio con el  “copy-paste”.

Y como si no fuera suficiente, y como para confirmarme que es un hecho generacional, de tiempo, y societal, andando en la ciudad de Santo Domingo, cada vez más, noto que  la arquitectura y el urbanismo general de la ciudad no es más que otro “copy-paste”, esta vez, de otras modas, de otras ciudades como si la “imaginación no fuera un imperativo”, recordando una consigna de Mayo 68 que quería “la imaginación al Poder”.

Definitivamente, en este mundo globalizado, no solo los estudiantes copian, todo el mundo copia, sean modas artísticas, modas literarias, modales, modas arquitectónicas y las ciudades copian  estructuras, edificios, consumos. Ni hablar de Las Vegas en los Estados Unidos, que dio la señal de lo que es la globalización del mal gusto, de la idiotez y del consumo desenfrenado: caricaturas grotescas de Venecia, Roma y la Torre Eiffel constituyen atractivos de gentes sin brújulas mentales. En Santo Domingo, ciudad sin gestión municipal, no solamente sucia y mal oliente,  hay mini territorios y estructuras que se “copiaron y pegaron” sin importar sus impactos apostando a la idiotez global: el zoo Roberto es a la imagen de su mentor.

Sea causa y/o consecuencias (hay que determinarlo) el copy-paste se ha convertido en la mayor plaga no solo del sistema universitario, sino de lo que ocurre en nuestras ciudades, en sus estructuras viales, comerciales y residenciales, las torres del Malecón, de Naco, todas se parecen, puro “copy-paste” azul, vidrio, tubos blancos, áreas de recepción monumentales, minimalismo e identidad global. El resultado es la banalización, la homogenización, la casi perfección tanto en la copia arquitectónica como  en el montaje/asamblaje de datos, estadísticas, cifras e informaciones, sin análisis, sin criticas, sin propuestas propias. Qué trágico es para el país, ¡que 2011 no sea un puro “copy and paste”!

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