Quebrar poder de los responsables

Quebrar poder de los responsables

FIDELIO DESPRADEL
No es difícil ponernos de acuerdo en lo relativo a que la República Dominicana constituye el país de América Latina con la mayor deuda social del continente.

 Lo importante entonces no es tanto dar como cierta tan dramática conclusión. Lo importante es conocer la raíz del problema, auscultar cómo ha llegado nuestro país a una situación con tan catastróficas consecuencias para los seres humanos que habitamos estas tierras y para el desarrollo independiente del país, y además, colocar el análisis en una perspectiva que nos permita señalar los blancos específicos y apuntar propuestas de solución.

La cuestión central es la Renta Nacional, o sea, las nuevas riquezas que se producen en el país cada año, cómo y dónde se produce esta Renta y cómo se distribuye entre los distintos actores que intervienen en su generación.

¿Quiénes se apropian del grueso de la Renta Nacional? Primero, los grupos financieros y sus múltiples tentáculos, y los grandes grupos oligopolicos de la República Dominicana, tanto aquellos ligados a la producción como aquellos que actúan en la esfera de la intermediación y el gran comercio (oligopolio nos refiere a poderosos grupos que dominan, en cantidad reducida, una actividad económica, imponiendo reglas y precios y aplastando cualquier competencia potencial). A estos grupos hay que sumarle la burocracia partidaria, que a través de la corrupción y la utilización de los privilegios estatales, se apropian de una parte sustancial de la Renta, y algunos segmentos ligados al narcotráfico, a los juegos y a otras actividades delictivas o parasitarias.

¿Pero dónde, o en qué sectores se produce el grueso de esta Renta Nacional, o las nuevas riquezas producidas cada año? En los millares y decenas de millares de instalaciones industriales manufactureras, agrícolas y pecuarias (pequeñas, medianas y grandes). Se produce en las decenas de millares de negocios por cuenta propia. Y finalmente, en todos los rincones donde hace presencia el trabajo productivo humano.

El comercio, y el capital comercial, juegan un papel fundamental como acelerador de la circulación de todas las mercancías hasta el consumidor final y se apropia, por ello, de una parte de la Renta.

No estoy diciendo que en la actividad financiera, en las telecomunicaciones, en el turismo y en muchas otras actividades del mismo signo, no se crean nuevas riquezas. Pero el grueso de las nuevas riquezas se produce en los sectores que hemos señalado más arriba.

¿A través de qué vías llegan estas nuevas riquezas a cada uno de los ciudadanos y ciudadanas? Por tres vías principales: Los salarios y sueldos, los servicios que brinda el Estado, en forma de servicios de salud, educación, seguridad social, viviendas, comedores económicos, guarderías infantiles y muchas actividades sociales, y a través de las obras construidas por el Estado, cuando éstas están al servicio de la ciudadanía. Los dueños de los medios de producción, la banca y el comercio, reciben su parte a través de la ganancia.

El problema es que los dueños de la República Dominicana han organizado su modelo en una forma tal que los dueños del capital financiero, y de las industrias y comercios oligopolicos, y algunos inversionistas extranjeros, se quedan con la mayor parte de la Renta Nacional, cuando es de todos conocido que no es en su sector donde se genera el grueso de esas nuevas riquezas, o renta nacional.

Entonces: Es en el terreno de la distribución de la Renta Nacional, con la intermediación del Estado (gobierno y demás instituciones), a través del Presupuesto Nacional, de las leyes y reglamentos específicos, y de las reformas que regulan la vida económica, donde se ha venido acumulando la inmensa deuda social. Y es en este terreno, desplazando las cúpulas responsables de esta ominosa imposición, que son beneficiarias de la misma, donde hay que librar la batalla por quebrar el modelo, las leyes y las reformas que estos sectores dominantes han impuesto, construyendo, en cambio, un poder al servicio de los sectores mayoritarios donde se produce el grueso de la Renta Nacional del país.

Las cúpulas partidarias de los tres grandes partidos, junto a la oligarquía económica dominante, son los que han impuesto este modelo y el sistema de reformas, leyes e instituciones, que garantizan esta inmensa e histórica inequidad.

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