“El día que aquí pase un accidente aéreo o en un condominio no se sabe a donde se meterán los quemados”. No puede culparse al doctor Eddy Bruno Vizcaíno, director de la Unidad de Quemados de la Ciudad Universitaria Luis E. Aybar, por poner en perspectiva un escenario tan tenebroso,  a propósito de los recientes accidentes en envasadoras de GLP, tres en apenas 16 días, que dejaron un saldo de tres personas muertas y más de una decena de heridos. Y es que, según el especialista, el país solo cuenta con once camas en el Luis E. Aybar, por lo que hubo que tomar prestadas dos  camas al hospital Ney Arias Lora para poder atender a los 13 pacientes que actualmente  son atendidos allí  como consecuencia  de los accidentes en las envasadoras. El doctor Bruno Vizcaíno aclara, empero, que el problema  no está en que tengamos camas disponibles para atender a los quemados sino que se trabaje en la prevención, en educar tanto a la población como a los que trabajan directamente en esos establecimientos,  para evitar o reducir  a su mínima expresión las tragedias, y  a juzgar por el panorama que describió a reporteros de este diario, a partir de su experiencia, es mucho lo que todavía nos falta por hacer en esa materia. También se quejó el especialista de que en el país no exista una campaña de prevención y educación sobre el uso del GLP en el transporte público y privado, lo que convierte esos vehículos,  auténticas bombas de tiempo, en un peligro para la seguridad pública, pues nadie  supervisa la instalación de los equipos que utilizan. En medio  de ese desorden y falta de control   no deben sorprendernos los datos que aporta el doctor Bruno Vizcaíno, y no precisamente para que aplaudamos o nos sintamos orgullosos: República Dominicana es el  país de América Latina donde más personas se queman, pero también es el número  uno del mundo por quemaduras en accidentes eléctricos como consecuencia de las conexiones ilegales.