POR ANSELMO SILVERIO
JAIBON, Mao.- Doce casuchas donde vivían haitianos fueron incendiadas previo y durante el sepelio del niño Dioscoris de Jesús Caba que hoy cumpliría 13 años, según su madre y que fue degollado por un haitiano que todavía anoche no había sido localizado, mientras que en la comunidad de La Colonia hubo haitianos heridos durante enfrentamientos con los extranjeros.

Mientras tanto, se confirmó que los haitianos heridos no acudieron a un centro hospitalario. Se atrincheraron en esa comunidad, una zona de difícil acceso cerca del río Yaque del Norte donde lograron guarecerse tras una encarnizada persecución a que fueron sometidos por vecinos de comunidades cercanas a este poblado.

En tanto, en otros poblados de la región Noroeste como Monción, Hatillo Palma, Laguna Salada, La Yagua, Boca de Mao, Pueblo Nuevo, El Lirial, Villa Vásquez, Villa Sinda y otros, dominicanos también iniciaron una persecución y sacaron a los haitianos.

No obstante, un oficial que pidió no ser identificado dijo que todo está bajo control y que la Policía mantiene una estricta vigilancia en toda la zona.

Familias completas abandonaron las comunidades donde dominicanos han comenzado una encarnizada persecución en su contra tras el crimen cometido contra el menor en Pueblo Nuevo de Mao.

Las casuchas incendiadas estaban localizadas en la calle Enriquillo de Jaibón, La Yagua Independencia y otras comunidades cercanas a este poblado. Las mismas eran propiedad de dominicanos que las tenían alquiladas. En ellas los haitianos perdieron sus ajuares, entre ellos los colchones donde dormían los cuales fueron convertidos en cenizas.

El funeral del niño salió de la casa de sus padres Sebastián Confesor Boaseur y Diosa Caba en medio de protestas del pueblo enardecido que pedía justicia ante el caso del niño que cursaba el segundo grado de la educación media en el liceo José Francisco Peña Gómez.

En la ruta hacia el cementerio la gente protestó, mientras otros iniciaron la quema de otras casuchas donde habitaban haitianos.

Tropas de la Policía permanecen apostadas en la entrada de este distrito municipal donde montaron un operativo en busca de drogas, armas de fuego y contrabandos. También vigilan la comunidad para evitar que haitianos vuelvan a ser atacados por dominicanos.

Las viviendas ardían todavía ayer tarde cuando los periodistas acudieron a este poblado. Fueron quemadas al mediodía por la multitud que se concentró frente a la vivienda de los padres del menor que, según sus familiares sufría de trastornos mentales.

Juana de Jesús Pérez, una vecina del lugar, dijo que cuando el haitiano que mató el niño fue apresado el domingo pasado tras golpear al menor, el extranjero fue libertado del cuartel policial de este distrito municipal. El martes en la noche el haitiano acechó al niño y lo degolló dejando su cadáver tirado en unos matorrales donde fue encontrado al día siguiente.