Queman cientos carros en protestas Francia

Queman cientos carros en protestas Francia

PARIS (AFP) – Más de 550 vehículos fueron incendiados entre el jueves por la noche y este viernes en la región parisina, en la octava jornada de violencia urbana desde el 27 de octubre, mientras las autoridades francesas siguen tratando de contener esta violencia sin precedentes en los barrios pobres de los suburbios de la capital.

   Después de una noche de disturbios en que se quemaron 519 coches y 23 autobuses, este viernes por la tarde cinco vehículos fueron incendiados cerca de la localidad de Bobigny y otros cuatro en Grigny.

   Este viernes, fuentes judiciales indicaron que una mujer inválida de unos 56 años recibió quemaduras graves durante el ataque a un autobús el miércoles por la noche en la localidad de Sevran.

   El primer ministro francés, Dominique de Villepin, se reunió con 16 jóvenes durante dos horas y media como parte de su ronda de consultas para preparar en las próximas semanas un plan de acción en favor de los barrios periféricos más olvidados.

   «Hemos hecho un balance de cómo están las cosas y le hemos dicho que los problemas de la periferia no empezaron» la semana pasada, contó Sihame, responsable de una asociación local y estudiante.

   Un poco antes, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, reunió a todos los alcaldes regionales para tomar «medidas operativas para poner fin» a estos incidentes.

   A comienzos de la tarde, el Partido Comunista francés, el diputado Verde ecologías Noel Mamere y el secretario nacional del Partido Socialista encargado de la justicia y la seguridad, Andre Vallini, pidieron en varios comunicados la renuncia de Sarkozy.

   Según la DGPN, 519 vehículos fueron incendiados directamente o por propagación de las llamas en la noche del jueves al viernes en la región parisina, entre ellos 23 autobuses en un depósito de Trappes.

   En la noche inmediatamente anterior 315 vehículos fueron incendiados.

   Según la dirección general de la policía nacional (DGPN), 1.260 vehículos fueron incendiados en la región parisina y unas 230 personas fueron interrogadas desde el 27 de octubre.

   Sarkozy declaró no obstante que la noche anterior fue «un poco mejor» con «pocos enfrentamientos directos» entre manifestantes y fuerzas del orden.

   Sin embargo cinco edificios se incendiaron en Seine-Saint-Denis.

   También se vieron afectados los servicios de trenes de cercanías, según la empresa ferrroviaria estatal SNCF.

   En el curso de la semana, los disturbios han afectado unas 40 comunas.

   Unos 1.300 policías estaban movilizados y se habían practicado una 150 detenciones que  culminaron por el momento, en una decena de condenas por «destrucción de bienes públicos» o «violencias».

   Según las autoridades 22 personas debían ser juzgadas el viernes por destrucción de bienes y violencia sobre agentes de seguridad y periodistas, entre otros cargos.

   En total, 78 personas fueron interrogadas y seis policías resultaron ligeramente heridos en la noche del jueves al viernes.

   El gobierno aparecía impotente para contener la situación.

   Los habitantes de los suburbios declararon estar desesperados por estas noches sin dormir a causa de los enfrentamientos, de los incendios, con el ulular de las sirenas de la policía y de los bomberos, y deprimidos por el espectáculo que descubren al día siguiente.

   El gobierno prometió un «plan de acción» de aquí a fin de mes para las llamadas «zonas sensibles», como llaman en lenguaje técnico a estos suburbios pobres a escasos kilómetros del centro de París, transformados en guetos.

   Pero los alcaldes y administradores, tanto de izquierda como de derechas, manifestaron su oposición a otro plan de urgencia más.

   La situación «es tremendamente grave y explosiva», advirtió uno de ellos, y si «hubiese un muerto, se perdería totalmente el control».

   Según los sociólogos, la violencia refleja el fracaso durante 25 años de diversas políticas y de las fallas de la integración para una parte importante de habitantes de estas áreas pobres, con orígenes en Africa del Norte y el Africa subsahariana, en sectores donde el desempleo y la deserción escolar alcanzan cifras muy superiores a la media nacional.

   El Partido Socialista pidió el viernes a través de su portavoz, Julien Dray, que se organice «lo más pronto posible» un debate en la Asamblea Nacional (Parlamento).

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