La festividad de San Juan Bosco y de la Juventud, celebrada ayer, ha sido una buena ocasión para reconocer que en ellos está la esperanza de la humanidad y donde moran los más nobles ideales. Es por eso que dedicamos estas líneas para motivarlos a que marquen la pauta de un futuro más idóneo y lleno de paz y amor.

Su Santidad Juan Pablo II también ha expresado múltiples veces sus sentimientos para con los jóvenes; de hecho, en su trayectoria pontificia ha celebrado grandes Encuentros Mundiales con la juventud que movida por su carisma acude masivamente y con gran interés en escuchar su mensaje.

Hoy he recogido algunos párrafos del Pontífice proveniente de una compilación que recomiendo con creces y que se titula: TOTUS TUUS.

¡Felicidades, jóvenes!

La juventud es la edad de la esperanza, de la promesa, del entusiasmo, de Los proyectos y de Los ideales. La juventud no quiere ceder ante las dificultades. La juventud cree en un mundo mejor y está determinada a hacer algo para conseguirlo. (Nigeria).

Jóvenes! amigos!. Habéis de ser vosotros mismos, sin dejaros manipular; teniendo criterios sólidos de conducta. En una palabra: con modelos de vida en Los que se pueda confiar,en Los que puedan reflejar toda vuestra generosa capacidad creativa, toda vuestra sed de sinceridad y mejora social, sed de valores permanentes, dignos de elecciones sabias. Es esl programa de lucha, para superar con el bien el mal. (España).

Viven, queridos jóvenes, en medio del progreso de un mundo tecnológico. Han recibido muchas cosas buenas en sus vidas, cosas que pueden hacer más fácil la vida, más disfrutable. Y sin embargo, este gran progreso no trae consigo automáticamente la paz en lo más profundo de sus corazones. Sí, el materialismo, la permisibilidad y el centrarse sobre sí mismo que acompañan a menudo el progreso moderno, están intentando adentrarse en sus vidas, y existe siempre la posibilidad que sofoquen vuestros valores morales y espirituales, aquellos valores que proporcionan satisfacción auténtica y duradera. (Japón).

Quiero decíroslo: No me habéis desilusionado, sigo creyendo en los jóvenes, en vosotros. Y creo, no para halagarlos, sino porque cuento con ustedes para difundir un sistema nuevo de vida. Ese que nace de Jesús, Hijo de Dios y de María. (España). (Juan Pablo II)