El silencio de las bases.- Consciente de que la mejor defensa siempre será el ataque, el doctor Roberto Rosario, presidente de la Cámara Administrativa de la JCE, ha respondido a las críticas de los partidos políticos a la poca participación que les da el tribunal de comicios en las decisiones que adopta con otra crítica, así sea tangencial: las cúpulas de los partidos ignoran a las bases de sus organizaciones a la hora de tomar las decisiones más trascendentes, una queja que, según el doctor Rosario, se repite con frecuencia en los periódicos encuentros provinciales que celebra el organismo con miembros de los distintos partidos. La reacción del doctor Rosario, desde luego, no es precisamente para ser aplaudida, pero de manera sin duda alevosa ha puesto el dedo en una llaga particularmente sensible, pues cada vez resulta más evidente lo poco o nada que las dirigencias de nuestros partidos toman en cuenta el parecer o el sentimiento de sus militancias, es decir de sus votantes, su mayor riqueza y también la principal razón de su existencia. ¿Sabe alguien qué opinan las bases del PRD sobre la decisión del ingeniero Miguel Vargas Maldonado de buscar la presidencia de esa organización para utilizarla como trampolín para alcanzar la presidencia de la república? ¿Puede alguno de los tantos dirigentes reformistas que andan por ahí predicando la unidad decir con certeza cuál es la opinión de sus compatriotas sobre las condiciones en las que debería producirse el reencuentro de la familia colorá o lo que debe hacerse con los que se aferran con uñas y dientes a la teta del gobierno? ¿Conoce algún miembro del Comité Político cuál es el sentimiento de la militancia sobre el evidente abandono de los principios fundacionales de la organización, los asomos de corrupción o el afán de riqueza que exhibe sin rubor buena parte de su dirigencia? ¡Cuánta razón tenía el cínico que una vez proclamó que las bases de los partidos solo sirven para pisarlas!