Qué se dice

Qué se dice

Precisiones
Como quien dice lo que no debe oye lo que no quiere sirvan estas breves líneas para hacer algunas precisiones al secretario de las Fuerzas Armadas, Almirante Sigfrido Pared Pérez, a propósito de sus recientes afirmaciones de que algunos periódicos, incluído este, se habían «dejado utilizar» por ONG’S prohaitianas que trabajan en el país y que desean desacreditar a nuestros institutos castrenses.

Cuando los reporteros de HOY llegaron al batey El Fao, en Guerra, todavía humeaban los restos calcinados de las treinta casas que la madrugada anterior había quemado una multitud hambrienta de venganza y destrucción, tras sacar a empujones a sus ocupantes y rociarles gasolina. En medio de ese desgarrador panorama, todavía sobrecogidos por el espanto de haberle sobrevivido a la voracidad de las llamas, encontraron a los damnificados, entre los que había muchos niños como se ocuparon de mostrar las fotos publicadas por los periódicos; a esa gente fue a la que se preguntó qué ocurrió, y esa gente fue la que contó que había militares entre los salvajes que le prendieron fuego al único techo que tenían. No había por allí, salvo que el almirante Pared Pérez pueda demostrar lo contrario, ningún representante de ONG alguna a la caza de una oportunidad para hacerle daño a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas.

Desfasados

  «Que no se ajusta a las corrientes, condiciones o circunstancias del momento». Eso dice el Pequeño Larousse sobre la palabra desfasado, muy apropiada para definir la metodología utilizada por el Banco Central para medir el crecimiento de la economía dominicana, si tal y como reveló el representante residente del FMI en el país durante su comparecencia al Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, Ousmene Mandeng, data del 1970, cuando la economía dominicana era dominada por la producción agrícola. Tan cuidadoso fue el señor Mandeng, sin embargo, que evadió hábilmente las trampas semánticas que buscaban poner en su boca un calificativo que diera razón a quienes cuestionan la validez de esas cifras, que nadie en las esferas oficiales se atrevería a reprocharle nada a pesar de haber dicho tanto sin decirlo de manera directa y abierta. El ex presidente Hipólito Mejía, al criticar el mismo desfase que el funcionario del FMI no se atrevió a llamar por su verdadero nombre no ha tenido tanta suerte, pues de inmediato ha sido premiado con la tanda de epítetos subidos de tono que se estila ahora entre algunos funcionarios peledeístas.

Callejón sin salida

  Tres buenas razones dicen tener el Consejo de Unidad Sindical y su mítico líder Pepe Abreu para pedirle al presidente Fernández que dé marcha atrás al proceso de privatización iniciado en su anterior administración: los apagones, las altas tarifas que se paga por el servicio y los millonarios subsidios que debe erogar el Estado dominicano. Un sombrío panorama que, según el veterano sindicalista, describe a la perfección el fracaso de ese esfuerzo privatizador, pero que difícilmente cambie de la noche a la mañana si, como propone el CNUS, el Estado dominicano retoma el protagonismo del sector eléctrico, pues solo estaría metiéndose en un callejón sin salida del que no pudo salir antes ni tampoco puede salir ahora, por lo menos mientras no encuentre la fórmula milagrosa que consiga cobrarle la energía a todo el que la consuma.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas