A lo maco.- La denuncia de que los celulares macos, que se venden activados y con cien pesos de minutos en cualquier esquina de cualquiera de nuestras calles y avenidas, se han convertido en excelentes aliados de narcotraficantes y delincuentes de toda laya, que los utilizan para eludir el seguimiento electrónico de las agencias gubernamentales, ha desatado una batida contra vendedores ambulantes y establecimientos comerciales que se dedican a la venta de celulares activados al margen de los controles y las regulaciones vigentes, encabezada por el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) y a la que se han sumado la Policía Nacional y la Procuraduría General de la República.
¿Por qué hasta que esa situación no fue expuesta en la primera plana del periódico El Día ninguna autoridad se dio por aludida ante la existencia de un negocio que ha florecido, sin ninguna cortapisa, delante de las narices de todo el mundo? Esa manera de actuar, o mejor dicho de no actuar a tiempo cuando surge un problema, nos ha costado muchos dolores de cabeza, pues con demasiada frecuencia lo que puede resolverse de un plumazo en sus inicios termina desbordándonos, por lo cual su solución termina siendo más trabajosa, complicada y, sobre todo, mucho más costosa y traumática. ¿Cuándo aprenderemos?
Atención Melanio.- El apresamiento, por parte de la DNCD, de dos hombres a los que el organismo antinarcóticos acusa de vender drogas frente a una escuela en La Vega, no puede tomarse a la ligera, como otra anécdota mas de las tantas que nos sirven para ilustrar la descomposición que nos arropa, sino como lo que realmente es: una señal inequívoca, clara y contundente de que el narcotráfico, que ha contaminado hasta los tuétanos instituciones fundamentales de nuestra sociedad, no piensa detenerse hasta que no lo haya destruído todo, incluído nuestro futuro.