Un insulto.- Hay que concederle razón al ministro  de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ernesto Reyna, cuando afirma que la remodelación del destacamento de la Isla Saona, que costeará el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, se hará por encima de todas las marchas y protestas que se realicen, pues en definitiva, como se han encargado de demostrarnos hasta la saciedad nuestros políticos, el poder es para usarlo.

En lo que no tiene razón ni le asiste derecho, así sea como previsible expresión de la intolerancia que campea por sus fueros en el oficialismo,  es a decir que el narcotráfico es el que está  detrás de las marchas y protestas que han protagonizado distintos sectores y personalidades  de la vida nacional desde que se supo la noticia, pues con ello insulta la sensibilidad de un pueblo  que ya sufrió en carne propia la humillación de dos intervenciones norteamericanas y que, por lo tanto, tiene razones de sobra para desconfiar de las intenciones de los norteamericanos y sus complacientes lacayos (¡cuánto tiempo hacía que no utilizaba esa palabra!) del patio.

Cuando el río suena.- No es por nada, pero el río sigue sonando y lo que traen sus revueltas aguas son nuevas denuncias de la utilización de favoritismos con miembros del PLD en el nombramiento de maestros. Esta vez las quejas llegan desde  Barahona, donde la dirigente de la ADP, Marisela Fernández, denuncia que  se han  nombrado maestros en básica sin haber participado en concurso alguno, al igual que otros que sí participaron pero que no pasaron los exámenes, violentando la ley, los reglamentos y los estatutos. Y algo peor todavía en esa denuncia: personas ajenas al Ministerio de Educación, es decir políticos, son los que nombran, trasladan y cancelan maestros en esa ciudad. ¿Se habrá enterado Radhamés Camacho de esas tropelías,  o todo es parte de un plan fría y políticamente calculado?