Qué se dice

Qué se dice

Voluntad política.- ¿Le suena familiar la frase? ¡Claro que si! Usted y yo la hemos escuchado, con significativa frecuencia, a lo largo de todos estos años, y siempre relacionada con nuestras grandes carencias como sociedad y como nación. De ahí que, como ha podido comprobarse a golpe de frustraciones y sueños rotos, que falte voluntad política para asignar el 4% del PIB a la educación, sin la cual no podremos dar el verdadero salto hacia el cacareado desarrollo, tampoco para aprobar la Ley de Partidos que haría más justa y equitativa la competencia entre los partidos políticos y permitiría un uso más racional de los recursos que se “invierten” en nuestra democracia, y ni hablar del combate a la corrupción, pues basta mirar hacia nuestras cárceles para ver que no hay un solo político preso a pesar de las ostensibles riquezas que exhiben sin que puedan dar explicaciones  satisfactorias  sobre su procedencia. ¿Para qué seguir citando ejemplos si, de tan numerosos, no acabaríamos  hoy ni tendríamos espacio suficiente? Los industriales  que el pasado jueves se quejaron de que la falta de voluntad política de los gobiernos ha sido el principal  obstáculo para el desarrollo y la consolidación del sector deben colocarse en el lugar que les corresponde en la larga lista de sus víctimas, que en  definitiva somos todos.

Está claro entonces que los políticos, al menos los que hasta ahora nos han gobernado, no están en disposición, probablemente porque están convencidos  de que no les conviene, de ponerse a trabajar para sacar a  este país de su atraso y su pobreza, como debería estar bastante claro  también que los ciudadanos no deberíamos depender únicamente de su voluntad para construir el país que queremos dejar en herencia a nuestros hijos.

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