Qué se dice

Qué se dice

¿Inmunidad o impunidad?-  ¿Merece ser legislador, un digno representante de la comunidad que lo eligió para que defienda sus intereses en el Congreso Nacional, quien no asiste al 70% de las sesiones en una misma legislatura? Es obvio que no, a menos que tenga una excusa válida que se lo impida. Sin embargo, los señores asambleístas rechazaron una propuesta del diputado peledeísta por Santiago Víctor Suárez que penaliza con la pérdida de la condición de congresista a quienes se ausenten de los trabajos de las cámaras en tan alta proporción, pero también a quienes incurran en tráfico de influencias,  uso indebido de fondos públicos, no tomen posesión  dentro de los treinta días siguientes (atención  Amable Aristy)  a la fecha de instalación del Congreso o  violen el régimen de incompatibilidades con el cargo. Se entiende y hasta se acepta  que alguien se resista a perder o acceda a  renunciar a tantos privilegios como los que en este país disfrutan diputados y senadores, pero rayan en la desverguenza aquellos que  aspiran a  que el disfrute de todos esos privilegios no implique ni siquiera el compromiso de asistir con regularidad al trabajo legislativo o hacer buen uso de los recursos públicos que se les confían. ¡Barbarazos!

Campos de batalla.  Cinco heridos de arma blanca fue el balance de un pleito, el pasado martes en la mañana, en la cárcel de Barahona –el cuarto incidente violento en menos de una semana en las atiborradas cárceles dominicanas– en un hecho que las autoridades penitenciarias atribuyen a disputas  por el control del patio del recinto. Ojalá que pase pronto la ola de calor que, según el Director  de Prisiones, está sirviendo  de detonante a esos  pleitos y motines,  pues al paso que vamos nuestras cárceles se convertirán en peligrosos campos de batalla en los que los heridos o las “bajas” no tienen que ser, necesariamente, los acalorados reclusos.

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