En manos del enemigo.-  El asesor en materia de drogas del Poder Ejecutivo, el doctor Marino Vinicio Castillo, ha dado la voz de alerta tantas veces que no debería sorprendernos la información publicada ayer por el periódico  El Día, donde se señala que dos mayores y un sargento  de la Policía Nacional  están presos y bajo investigación por la  muerte, mutilación y decapitación de dos jóvenes hace dos semanas en Nizao, San Cristóbal, en un hecho que por sus niveles de brutalidad y saña causó conmoción en la sociedad dominicana y que las autoridades relacionan con  un “tumbe”  de drogas.

El diario también señala que las autoridades persiguen a un ciudadano colombiano, supuesto cabecilla de una banda que recluta mulas para enviar cocaína a Europa y Estados Unidos, quien habría dado la orden de ejecutar a los dos jóvenes. Hace tiempo que el doctor Castillo viene cantaleteando sobre el    involucramiento de miembros de la Policía y las Fuerzas Armadas en actividades del narcotráfico, y no solo para ofrecerle protección o servirles de facilitadores de sus actividades delictivas sino también para realizar ciertos “trabajos” como eliminar físicamente  a incómodos competidores o a los que se equivocan con la mercancía ajena. Sin embargo, o no se le hace caso a los consejos, advertencias  y  recomendaciones del vehemente asesor presidencial,     o las autoridades  no están en capacidad de impedir que  miembros de nuestros cuerpos policiales y militares  sean permeados y corrompidos por el narcotráfico o, en el peor de los casos, reclutados a papeletazo limpio para su infame causa.

En cualquier caso, una cosa sí parece estar bastante clara: en materia de lucha contra las drogas y el narcotráfico estamos –como se dice popularmente– en manos del enemigo.