La queja del doctor Subero.- El doctor Jorge Subero Issa se queja, con justa razón, de que ni siquiera por un elemental sentido de cortesía el Poder Ejecutivo se tomó la molestia de comunicarle la decisión de poner en retiro a los oficiales superiores responsables de la seguridad de los miembros de la Suprema Corte de Justicia, personas de su entera confianza, queja que por venir de quien viene ha merecido reseñas de primera plana en los principales diarios nacionales, que acogieron con alarmada sorpresa su denuncia. ¿Tanto alboroto por un simple, aunque injustificable, gesto de descortesía que puede perfectamente atribuírse a un despiste burocrático? El doctor Subero Issa, a quien no puede considerársele un hombre inclinado a los alarmismos ni los aspavientos, parece tener razones de mucho peso para hacer pública su inconformidad con la decisión, sobre todo porque la vincula, como si se tratara de una relación de causa y efecto, con recientes declaraciones suyas advirtiendo sobre los peligros que acechan a la sociedad dominicana ante el abrumador avance del narcotrático y la corrupción, advertencia que acompañó de una exhortación a los jueces de nuestros tribunales de justicia para que castiguen con drasticidad y firmeza los casos de narcotráfico. ¿Por qué habrían de molestar, esas declaraciones, perfectamente legítimas y absolutamente pertinentes, a las alturas palaciegas o a quienes hoy dirigen la Policía Nacional? Ya el magistrado Subero Issa ha dicho lo que tenía que decir y lo ha dicho alto y fuerte, no solo para que todo el nundo lo oiga sino para que los responsables del desaguisado se animen a despejar cualquier malentendido y vuelvan a colocar las cosas en su justo lugar. ¿Recibirá el presidente de la Suprema Corte de Justicia algún tipo de satisfacción por lo ocurrido con el general Angel Rosario Terrero y la coronela Sheila de los Santos o todo quedará como otro exabrupto mas del poder?