Quién debe a quién

Quién debe a quién

La República Dominicana padece las duras consecuencias de un déficit de generación de electricidad que viene a su vez de la falta de pago por consumo, en una cadena que comienza en los consumidores, grandes y pequeños, pasa por distribuidores y llega a compañías generadoras.

En cualquiera de las fases, y en todas, puede aparecer el gobierno, sea como deudor o acreedor, incluso como pagador inconstante de subsidios por consumo de un sector Acarenciado@ de la población o para sustentar niveles tarifarios considerados convenientes.

El mal del Ano pago@ se agrava por contratos leoninos, con distorsiones como la obligación de cubrir en efectivo a inversionistas privados unos costos excesivos, aun con plantas apagadas.

Los angustiados usuarios responsables, que pagan con regularidad y que merecerían un suministro sin interrupciones, como llega la facturación, están situados entre dos fuerzas que ejercen gran presión sobre ellos. De un lado los omisos malapagas, conectados con irregularidad o bajo fraude, que consumen sin pagar. De otro lado figuran las entidades que sobrevaloran el servicio o están sobreprotegidas contractualmente para obtener ingresos sin generar electricidad.

Hasta ahora la participación del gobierno en esta correlación de factores le resta calidad para ejercer un rol de arbitraje e idóneo control. En esta película el actor oficial ha aparecido cometiendo graves errores, faltando a su palabra, permitiendo barbaridades. Ha sido moroso tanto como los otros grandes consumidores endeudados.

Como incumplidores, muchos usuarios podrían ser considerados alumnos del ente superior que el Estado representa. Todo el mundo debería cumplir, pagar hasta el más mínimo kilovatio. Pero se ha demostrado que los agentes del sector energético no son capaces siquiera de poner en claro la exacta magnitud de sus acreencias. )Quién podría defendernos?

[b]Rodríguez Echavarría[/b]

El mayor general Pedro Rafael Ramón Rodríguez Echavarría, cuyos restos fueron sepultados ayer, fue una figura de primerísima línea en los acontecimientos que estremecieron el país en noviembre de 1961 y que culminaron con la salida de los principales familiares del dictador Rafael L. Trujillo Molina, incluyendo a sus hermanos Héctor y Arismendy.

Rodríguez Echavarría encabezó un movimiento militar que dio al traste con los esfuerzos de los hermanos Trujillo para hacerse del mando, catapultados por el hijo de Trujillo, Ramfis, quien huyó del escenario nacional en forma cobarde.

El general Rodríguez Echavarría y los oficiales que le secundaron atacaron la base de San Isidro y levantaron a su favor las de Santiago y Barahona, dando su respaldo al presidente Joaquín Balaguer.

Con los Trujillo fuera, y respirándose aires de libertad, Rodríguez Echavarría no comprendió la realidad política cuando fue nombrado secretario militar por un Balaguer consciente de que no podría mantenerse largo tiempo en el mando y que ya trabajaba para su futuro. El general Rodríguez Echavarría quiso convertirse en hombre-fuerte, fue un juguete en manos de Balaguer y trató de desconocer al Consejo de Estado que el imperio nos imponía para que llamara a elecciones libres. Todo eso le perdió y provocó que su estrella se eclipsara rápida y definitivamente.

Pero no hay dudas de que el general Rodríguez Echavarría tuvo sus méritos y contribuyó, en forma casi decisiva, a la erradicación de los remanentes de la dictadura trujillista. en eso, fue muy positivo.

Paz a sus restos.

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