Quien engaña se engaña

Quien engaña se engaña

En una de las primeras lecciones de defensa personal el profesor César Rímoli me enseñó algo que no entendí cuando lo enunció de esta manera: el que agarra, se agarra.

¿Cómo que si yo agarro a un contrincante en una pelea quien resulta agarrado soy yo?

No cabía dentro de mi lógica de estudiante principiante de karate que “el que agarra, se agarra” como decía el profesor Rímoli.

Al recibir la primera lección me percaté de la certeza de la afirmación del profesor: el que agarra, se agarra.

Tan pronto terminé aquella primera lección aprendí, de una vez y para siempre que “el que agarra, se agarra”.

Distintas técnicas y modos de hacer permiten que quien tiene el entrenamiento y el conocimiento, se zafe de cualquier persona.

Por supuesto, hay que estar siempre alerta cuando se camina por las calles o cuando se penetra en una multitud, porque cualquier persona puede entender y proceder a agarrarnos con fines de hacernos daño.

Quien te agarra, piensa que te tiene agarrado y que podrá disponer de ti a su antojo.

La política es el ejercicio de la carrera hacia el poder, es la lucha por el mando, es el camino que conduce a un hombre, a un grupo, a guiar una nación.

Quien inicia la carrera, quien transita el camino, quien lucha por el mando, sabe que la pelea es peleando, como dice el refrán venezolano.

Si la pelea es peleando, hay que saber pelear o abandonar la lucha.

Las tácticas desplegadas en la política son tan similares a las que se emplean en una guerra, que algunos dicen que la política es la guerra fría.

Por eso, porque la política es la guerra fría, hay quienes aplican la desinformación, felizmente con poco éxito, como arma dentro de una campaña electoral.

La malsana práctica hitleriana  de “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”, se cae pronto, como las brisas del verano.

La realidad le sale al frente y se produce aquello de “el hablador y el cojo no llegan lejos sin ser descubiertos”. El hablador, porque como más adelante vive gente, la mentira se le cae ante la verdad, el cojo, porque cuando camina se nota su problema.

Lo de esta semana con las encuestas manipuladas, con la maliciosa intención de engañar, dejó muy mal parada el pre candidato  Miguel Vargas Maldonado, dentro del Partido Revolucionario Dominicano.

La desesperación es mala consejera, fruto de que sus números no le dan.

Por eso se puede decir, con toda propiedad, que quien engaña, se engaña.

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