Quién era el oligarca ruso Boris Berezovsky

<STRONG>Quién era el oligarca ruso Boris Berezovsky</STRONG>

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BBC Mundo. El ruso Boris Berezovsky, de 67 años, fue encontrado muerto este sábado en su residencia de Surrey, en el sudeste de Inglaterra.

El magnate movió los hilos del poder en el Kremlin hasta que cayó en desgracia cuando Vladimir Putin llegó a ser presidente de Rusia.

Todavía no se conoce la causa de la muerte de este «oligarca», como se les llama a los hombres de negocios rusos que han hecho grandes fortunas, especialmente durante las privatizaciones que tuvieron lugar después de la caída de la Unión Soviética.

El empresario comenzó a amasar su fortuna durante las privatizaciones llevadas a cabo por el entonces líder ruso Boris Yeltsin, en los años 90, con el que tuvo muy buenas relaciones.

Pero su relación con el sucesor de Yeltsin, Vladimir Putin, fue tensa, lo que le obligó a exiliarse en Reino Unido, donde vivió desde 2000.

Berezovsky sobrevivió a varios intentos de asesinato, incluyendo una bomba que decapitó a su chofer.

El año pasado, perdió una demanda contra su exsocio y compatriota Roman Abramovich.

El propio Berezovsky jugó un papel en el ascenso de Putin a finales de 1990, pero a medida que el nuevo presidente consolidaba su poder se pasó a la oposición y a un consecuente exilio auto impuesto en Reino Unido.

Siguió siendo un hombre buscado en Rusia hasta su muerte, y durante mucho tiempo estuvo dedicado a la causa anti Putin.

En los últimos años, su riqueza bajó considerablemente debido a causas judiciales, abultados honorarios legales y otras deudas.

El ahora fallecido acusaba a Abramovich, dueño del club de fútbol inglés Chelsea, de haberlo presionado para vender acciones del gigante petrolero ruso Sibneft por una «fracción de su valor real», argumento rechazado por el juez.

Fuentes cercanas le dijeron a la BBC que había estado deprimido después de perder el caso.

A principios de este año, su ex pareja Yelena Gorbunova alegó ante el Tribunal Supremo que le debía millones de libras de la venta de una propiedad US$38 millones en Surrey, Inglaterra.

El 18 de marzo el periódico The Times informó que Berezovsky se había visto obligado poner en venta una famosa pintura de Andy Warhol de Vladimir Lenin.

Varias vidas El papel de conspirador político y financiero de los partidos de la oposición rusa fue la última de una serie de rencarnaciones que tuvo Berezovsky.

Su primera carrera fue como un matemático, la segunda como un vendedor de autos, la tercera como un hombre que manejaba los hilos del poder, conocido como Rasputín, bajo el gobierno del primer presidente de Rusia, Boris Yeltsin.

Berezovsky hizo su fortuna importando coches Mercedes a Rusia en la década de 1990, y haciendo de intermediario de la distribución de los autos fabricados por la rusa Avtovaz.

A mediados de la década de 1990 ya era uno de los principales oligarcas de Rusia.

Además de tener la propiedad de la petrolera Sibneft, se convirtió en el principal accionista del principal canal de televisión del país, ORT, que fue un vehículo de propaganda para Boris Yeltsin en el período previo a las elecciones presidenciales de 1996.

Llevó a los tribunales a la revista Forbes que lo había descrito como el «padrino del Kremlin» y lo vinculaba con el asesinato de un periodista de la televisión popular.

Forbes llegó a un acuerdo con él fuera de los tribunales, aceptando que esas acusaciones eran falsas.

Berezovsky estaba en la cúspide de su poder en los años de Yeltsin: era subsecretario del consejo de seguridad Rusia, amigo de la hija de Yeltsin, Tatyana, y miembro del círculo interior de Yeltsin, o la «familia».

Aunque le ayudó a Putin a entrar en la familia, y financió el partido que formó la base parlamentaria de Putin, el nuevo presidente retomó el control de la cadena de televisión ORT y frenó las ambiciones políticas de los oligarcas rusos.

Abierta oposición Berezovsky se fue de Rusia hacia Reino Unido en un exilio autoimpuesto a finales del 2000.

Un primer intento para promover la oposición a Putin mediante la financiación del partido Liberal de Rusia terminó en desastre cuando sus dos miembros más destacados fueron asesinados.

«Entendí [entonces] que esta forma de oposición abierta no funciona, al menos para mí. Y esa es la razón por la que decidí elegir el otro camino», dijo más tarde.

Sin nombrar a Berezovsky, el Kremlin acusó a sus opositores radicados en el exterior de haber organizado en 2006 los asesinatos del exagente de la KGB Alexander Litvinenko y la periodista Anna Politkovskaya, con el fin de desacreditar a Putin.

Berezovsky negó la acusación, y acusó al propio Putin de estar detrás de la muerte de Litvinenko.

El magnate le compró al exespía –que también estaba exiliado en Londres- una casa y le ayudó a difundir las acusaciones de que Putin había organizado los bombardeos de unos edificios de apartamentos en Rusia en 1999, lo que allanó el camino para la segunda intervención militar rusa en Chechenia.

Él dijo que Putin estaba dispuesto a matar a cualquiera que considerara un enemigo de Rusia, y que él mismo era un objetivo.

Esa es la razón por la cual la mansión que le compró por US$15 millones al exdisc jockey Chris Evans estaba equipado con ventanas a prueba de balas, monitores láser, cámaras espía y puertas blindadas de acero.

Berezovsky llegó a tener un pedido de captura en Brasil en 2007 por financiar presuntamente la compañía MSI (Media Sports Investment), que era socia del equipo de Corinthians.

El empresario fue acusado de control financiero de MSI, que tenía su sede en Londres. La conexión entre Berezovsky y MSI fue investigada por la Interpol y, en julio de 2007, el fiscal pidió la detención del empresario, acusado de lavado de dinero.

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