¿Quién es Hassan Nasrallah, lider del poderoso grupo islamista Hezbolá que amenaza a Israel?

¿Quién es Hassan Nasrallah, lider del poderoso grupo islamista Hezbolá que amenaza a Israel?

«La guerra total es posible», afirmó este viernes Hassan Nasrallah, el líder del grupo islamista libanés Hezbolá, rompiendo el silencio que había mantenido desde que estalló el actual conflicto entre Israel y Hamás.

Fue un discurso pronunciado desde un lugar secreto que fue visto por miles de personas en una manifestación en Beirut, la capital de Líbano.

«Si Estados Unidos quiere evitar una guerra regional, la agresión a Gaza debe cesar», agregó Nasrallah, antes de defender las acciones de Hamás como «correctas, sabias y justas» y describir el ataque a Israel como «100% palestino».

Hezbolá, un grupo político islamista libanés que cuenta con un poderoso brazo militar respaldado por Irán, ha estado enfrentándose con las fuerzas israelíes en la frontera libano-israelí desde el ataque de Hamás a Israel, en el que murieron 1.300 personas y más de 230 fueron tomadas como rehenes.

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Popular tanto en Líbano como en otros países árabes, este clérigo chiita es conocido por haber desempeñado un papel fundamental en el giro histórico que dio grupo para entrar en la política y ganar poder en la estructura del gobierno libanés.

Hezbolá, actualmente considerado como uno de los partidos políticos más importantes de Líbano, cuenta con sus propias fuerzas armadas, que son aliadas del ejército de la nación árabe.

Su secretario general, Hassan Nasrallah, tiene una relación especial tanto con la República Islámica de Irán como con su líder, el ayatolá Alí Jamenei.

A pesar de que Hezbolá fue incluido en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos, ni los líderes iraníes ni Nasrallah han ocultado su estrecha relación.

Es un personaje con muchos seguidores y enemigos. Por ello, desde hace años evita hacer apariciones públicas por miedo a ser asesinado por Israel.

Pero el hecho de que esté escondido no priva a sus numerosos seguidores de sus discursos, que son distribuidos casi semanalmente.

Dichos discursos le sirven a Nasrallah para ejercer su poder, comentando sobre diversos temas que afectan a Líbano y al mundo, y tratando de presionar a sus enemigos.

Infancia y adolescencia

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Hassan Nasrallah nació en agosto de 1960 en uno de los barrios pobres del este de Beirut, la capital libanesa.

Su padre era dueño de una pequeña tienda de comida.

Hassan era el mayor de nueve hermanos y tenía 5 años cuando comenzó la guerra civil libanesa, un conflicto devastador que azotó a este pequeño país durante 15 años.

En ella, los libaneses demarcaron fronteras y lucharon entre sí en función de su religión y etnia.

La guerra empujó al padre de Hassan Nasrallah a abandonar Beirut y regresar a su natal Bazourieh, un pueblo en el sur de Líbano con una población mayoritariamente chiita.

Durante su educación primaria y secundaria, pasó varios años formativos en el sur de su país, entre chiitas que recordaban la discriminación y desigualdad que ellos sintieron durante los periodos coloniales del Imperio Otomano y Francia.

Este sentimiento continuó durante el período de independencia, cuando las élites cristianas y sunitas se hicieron con el poder.

Regreso a Líbano y lucha armada

Nasrallah emigró a Nayaf, Irak, cuando tenía 16 años.

Irak era entonces un país inestable que había pasado por dos décadas de revoluciones consecutivas y sangrientos golpes de Estado.

Durante este período, aunque Hasan al Bakr todavía estaba oficialmente en el poder, Saddam Hussein, entonces vicepresidente de Irak, ya había adquirido una influencia significativa.

Sólo dos años después de la llegada de Hassan Nasrallah a Nayaf, los líderes del Partido Baaz Árabe Socialista y especialmente Hussein llegaron a la conclusión de que debían tomar medidas para debilitar a los chiitas.

Una de sus decisiones fue expulsar a todos los estudiantes chiitas libaneses de los seminarios iraquíes.

Aunque Hassan Nasrallah sólo estudió en Nayaf dos años, tras los cuales tuvo que abandonar Irak, su presencia ese país tuvo un profundo impacto en su vida, pues allí conoció a otro clérigo llamado Abbas Mousavi.

La revolución iraní y la creación de Hezbolá

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Un año después del regreso de Hassan Nasrallah a Líbano, comenzó una revolución en Irán, en la que Ruhollah Jomeini, que se había ganado la admiración de clérigos como Abbas Mousavi y Hassan Nasrallah, tomó el poder.

Este acontecimiento cambió profundamente la relación entre los chiitas de Líbano e Irán.

La vida política y la lucha armada de los chiitas libaneses estuvieron significativamente influenciadas por los acontecimientos en Irán.

En 1981, Nasrallah se reunió con el entonces líder de la República Islámica de Irán en Teherán, quien lo nombró su representante en Líbano para «cuidar de los asuntos de la Hisbah (encargada de la defensa de la «moral comunitaria») y obtener fondos islámicos».

Posteriormente, Nasrallah comenzó a realizar viajes ocasionales a Irán, entablando relaciones con los más altos cargos del gobierno iraní.

El sentimiento antioccidental fue una piedra angular del islamismo chiita en Irán, propagado por Jomeini.

Camino a la cima

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Cuando Nasrallah se unió a Hezbolá, tenía sólo 22 años y se le consideraba un novato.

A mediados de los 80, a medida que la relación de Nasrallah con Irán se profundizaba, decidió trasladarse a la ciudad de Qom, en Irán, para continuar sus estudios religiosos.

Durante su estancia en un seminario de la ciudad, Nasrallah aprendió persa y forjó estrechas amistades con las élites político-militares iraníes.

Cuando regresó a Líbano surgió un desacuerdo importante entre él y Abbas Mousavi.

En ese momento, Mousavi apoyaba la creciente influencia siria en Líbano bajo el liderazgo de Hafiz al Assad, padre de Bashar al Assad.

Pero Nasrallah insitía en que el grupo se centrara en ataques contra soldados estadounidenses e israelíes.

Poco después, fue nombrado «representante de Hezbolá en Irán».

Esta posición lo llevó de regreso a Irán y al mismo tiempo lo distanció.

Superficialmente, parecía que la influencia de Irán sobre Hezbolá estaba menguando y, a pesar del amplio apoyo de Teherán, influir en las decisiones del grupo resultaba un desafío.

La tensión escaló hasta el punto de que, en 1991, Subhi al Tufayli fue destituido del cargo de secretario general de Hezbolá debido a su oposición a la afiliación del grupo con Irán, y en su lugar se nombró a Abbas Mousavi.

Después de la destitución de Al Tufayli, Nasrallah, cuyas opiniones sobre el papel de Siria en Líbano aparentemente habían cambiado, regresó a su país y efectivamente se convirtió en el segundo al mando del grupo.

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