Ciudad del Vaticano, Italia. Es el primero y el que muchos estaban esperando: este sábado, un tribunal del Vaticano iniciará el juicio al exarzobispo polaco Jozef Wesolowski, exnuncio apostólico en República Dominicana, quien está acusado de abuso sexual de menores y posesión de pornografía infantil.

Wesolowski, de 66 años, se ha convertido en el nombre que ha sintetizado el nuevo empeño del papa Francisco por erradicar la sombra de la pedofilia que ha perseguido la Iglesia católica en las últimas décadas.

Pero antes de que estallara el escándalo en 2013, cuando la periodista Nuria Peria reveló que el embajador del Vaticano en Santo Domingo le pagaba a menores de edad para tener relaciones sexuales, era una persona respetada dentro de la curia romana.

De acuerdo con la página diplomática del Vaticano, Wesolowski, después de graduarse en Derecho Canónico, entró al servicio diplomático de la Santa Sede el 25 de marzo de 1980.

Desde entonces, ha prestado sus servicios en las representaciones pontificias de Sudáfrica, Costa Rica, Japón, Suiza, India y Dinamarca.

Y lo hizo gracias a su capacidad de hablar siete idiomas: ruso, francés, español, italiano, inglés y alemán, además del polaco. Pero, ¿de dónde venía este obispo que se convirtió en la piedra de toque del escándalo de abuso sexual dentro de la Iglesia católica antes de su destitución en 2013?

Con Juan Pablo II

Jozef Wesolowski nació en Nowy Targ, sur de Polonia, el 15 de julio de 1948, en medio del asedio soviético después de la Segunda Guerra Mundial.

Fue de los pocos presbíteros en el mundo que podría decir que fue ordenado sacerdote y obispo por Juan Pablo II. El 21 de mayo de 1972, el entonces cardenal Karol Wojtyla, futuro papa, lo convirtió en sacerdote en la catedral de Cracovia.

Después de trabajar en varias parroquias de su país y en el Vaticano especialmente en el servicio diplomático, en 1999 tuvo su primer encargo importante: fue enviado a Bolivia como embajador ante el gobierno de Hugo Bánzer. De los escasos registros que existen en la prensa boliviana sobre el paso de Wesolowski por la nunciatura en La Paz está la coronación de una las imágenes más veneradas del país trasandino: la Virgen del Socavón, en noviembre de 2000.

«No hay un recuerdo especial. Simplemente vino y celebró la misa, junto a otros sacerdotes de la misión, pero nada más», le dijo a BBC Mundo el hermano Henry, de la congregación Siervos de María, encargada de la protección del santuario.

República Dominicana

A los pocos meses de ser enviado a Bolivia, en enero de 2000, Juan Pablo II lo hizo obispo. En 2002 terminó su misión en el país sudamericano, a la vez que fue designado como encargado de la diócesis de Sletty, en el corazón de Irlanda.

Pero su vocación diplomática pronto fue retomada: fue enviado como nuncio apostólico a varias de las ex repúblicas soviéticas como Kazajistán, Tayikistán, Kirguizistán y Uzbekistán.

Hasta que llegó el nombramiento que determinaría su futuro: el 24 de enero de 2008 fue nombrado por el papa Benedicto XVI como nuevo representante del Vaticano en República Dominicana y delegado apostólico en Puerto Rico.

«Me siento en vuestro país como en mi propia querida casa. Confío esta misión a la Virgen de la Altagracia y pido a Dios por el pueblo dominicano», dijo el nuncio a su llegada al país.

Pero al buscar información sobre el trabajo de Wesolowski antes de que estallara el escándalo, los datos son pocos.

«En este momento, la nunciatura en República Dominicana no tiene nada para comentar con la prensa sobre el tema», le dijo a BBC Mundo uno de los voceros de la embajada del Vaticano en Santo Domingo.

Al exnuncio Wesolowski le fue retirada su condición sacerdotal por el papa Francisco.

Su trabajo en la isla se vio interrumpido en septiembre de 2013 cuando renunció después de las reiteradas denuncias de abuso sexual de menores, especialmente de varias investigaciones hechas por los medios dominicanos.

En los siguientes meses fue destituido, se le retiró su condición sacerdotal y, por orden expresa del papa Francisco, fue detenido y está a la espera del juicio.

Se convertirá así en el primer alto jerarca de la Iglesia enjuiciado por el delito de abuso de menores.