Su nombre es Nasser bin Ghanim al Khelaïfi, pero en el mundo deportivo, y sobre todo del fútbol, es conocido como Nasser al Khelaïfi. Luego de soñarlo durante varias temporadas, durante este mercado de pases logró su cometido: fichar a Lionel Messi, uno de los mejores de la historia.
La Pulga recalará en las próximas horas en la capital francesa para firmar un contrato por dos temporadas, con la posibilidad de extenderlo por un año más (hasta junio de 2024). De este modo el PSG pasará a tener un tridente de ensueño para ir en búsqueda de la tan esquiva Champions League: Lionel Messi-Neymar y Kylian Mbappé.
Nasser al Khelaïfi nació en Doha, en 1973. Empresario y ex tenista proveniente de Qatar, es presidente de la Federación de Tenis, Squash y Bádminton de su país y vicepresidente de la Federación Asiática de Tenis. Además, es miembro del comité organizador del Mundial de fútbol de Qatar 2022.
Fue en 2011 cuando Nasser se transformó en la cara visible del Paris Saint-Germain y su vida cambió por completo por estar al frente de uno de los clubes más poderosos del mundo y recurrente candidato a obtener la Champions League. Un título europeo que fue siempre esquivo para el PSG y que se volvió el gran objetivo para su presidente Al Khelaïfi, luego de que el elenco parisino pase a reinar el fútbol francés con decenas de títulos a nivel doméstico.
Nasser al Khelaïfi es un hábil empresario árabe, que en 2015 fue premiado como el dueño más carismático de la Liga 1 (Liga de Francia), y un año después, como el hombre más poderoso del fútbol galo, según el diario L’Equipe. También es presidente de Bein Sports (Al Jazeera Sport), una empresa de medios de comunicación y entretenimiento que cuenta 22 canales de TV, 17 de ellos transmiten en HD, y es considerado una de las 100 personas más ricas del mundo. 16.000 millones de dólares es la fortuna que posee, aunque Forbes no lo incluye en su lista por la relación que tiene con la familia real qatarí.
Sus inicios en el tenis y los vínculos con el poder
La vida de Nasser al Khelaïfi no ha sido siempre la de un multimillonario. En su juventud se desempeñó como tenista profesional y se transformó en el segundo más exitosos de su país, luego del sultán Khalfan. Integró el equipo de Qatar en la Copa Davis, y en total disputó 43 encuentros entre 1992 y 2002. Además, participó en dos oportunidades en el ATP Tour, con sendas derrotas en primera ronda: en Sankt Pölten en 1995, ante Thomas Muster por 6-0 y 6-1, y en Doha, en 2001, por idéntico resultado. El balance final de Al Khelaïfi fue de 12 triunfos, 31 derrotas (12-16 en dobles) y el mejor puesto de ATP lo logró el 4 de noviembre de 2002, cuando alcanzó el 995 del ranking mundial.
Con ganancias finales de apenas 16.000 euros en el mundo del tenis, Nasser al Khelaïfi se convirtió en el exitoso empresario actual gracias a sus vínculos con el poder. Principalmente, por su amistad con el príncipe heredero de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, con quien comparte la pasión por el tenis. Fueron compañeros en la Copa Davis de su país, donde el vínculo se afianzó, aunque ya se conocían desde la niñez. “Tengo seis años más que él y nos conocimos cuando él tenía ocho años, a través del tenis, ya que solíamos jugar juntos. Tenemos una magnífica relación”, confesó Nasser a The Guardian.
El 2005 fue el año que cambió para siempre la vida de Al Khelaïfi. Retirado del tenis y con pocos ingresos, sus vínculos con la familia real qatarí le permitieron integrar la empresa Qatar Investment Authority (QIA), recientemente fundada para gestionar las millonarias ganancias que le brindaba la industria del petróleo y el gas natural al Gobierno. Junto con QIA fundó Qatar Sports Investments, empresa cuyo objetivo es invertir en proyectos deportivos tanto dentro como fuera del país, para el desarrollo y crecimiento del área deportiva local. Nasser al Khelaifi, como persona de confianza de la familia real, fue elegido como una de las caras visibles de este nuevo emprendimiento.
Su irrupción en el Paris Saint-Germain fue en 2011, cuando Qatar Investment Authority compró el 70% de las acciones del club parisino a cambio de unos 50 millones de euros más una deuda cercana a 20 millones más. Un año después, QIA adquirió el 30 por ciento restante. El grupo que se nutre del petróleo asiático se apoderó del PSG rápidamente, y colocó a Nasser al Khelaifi al frente de la entidad como presidente y director ejecutivo. La inyección de dinero fue tan grande que en poco tiempo contrató a figuras de la talla de David Beckham, Zlatan Ibrahimovic y Edinson Cavani. A ellos luego se le sumaron Thiago Silva, Ezequiel Lavezzi, Javier Pastore, David Luiz, Neymar, David Luiz, Kylian Mbappé, Ángel Di María, Gianluigi Buffon, Keylor Navas, Dani Alves y Lucas Moura, entre otras estrellas. También de entrenadores como Carlo Ancelotti, Laurent Blanc, Unai Emery y Thomas Tuchel.
Si bien en la primera temporada el PSG fue eliminado tempranamente de la Europa League y de las dos copas nacionales, no pudo conquistar el único título de liga (Ligue 1) que le quedaba (terminó detrás del campeón Montpellier) pese a los más de 132 millones de dólares en fichajes. Todo cambió a partir de la temporada 2012/13, cuando ganó el título local más importante luego de 19 años, además de conquistar la Supercopa de Francia. Hasta esa fecha, el club solo contaba con dos Ligas francesas y una Recopa de Europa como sus logros más importantes.
A partir de entonces no paró de agigantar sus vitrinas. Desde que tomó las riendas conquistó siete Ligue 1, seis Copas de Francia, seis Copas de La Liga y ocho Supercopas de Francia, con tripletes nunca vistos en la historia del fútbol francés en las temporadas 2014/15, 2015/16, 2017/18 y 2019-20.
En total fueron más de 1.200 millones de euros los que invirtió el árabe para que el PSG se convierta en potencia y se maree por dar tantas vueltas olímpicas en su país. Sin embargo, esto lo ha puesto en el ojo de una larga investigación realizada por la UEFA. A través de ella, el organismo que rige el fútbol europeo lo investigó por presunto incumplimiento con el Fair Play financiero haciendo figurar en sus balances inyecciones de dinero qatarí como aportes de sponsors. De esta manera, el equipo se expuso en varias oportunidades a ser descalificado de las máximas competiciones continentales, enfrentar graves castigos económicos y ser prohibido de incorporar jugadores durante una determinada cantidad de temporadas.
Al mismo tiempo, Football Leaks, a través del periódico alemán Der Spiegel, reveló en 2018 que Michel Platini y Gianni Infantino, por entonces presidente y secretario general de la UEFA respectivamente, encubrieron al PSG y a otros clubes. Los documentos revelaron que el PSG recibió 1.800 millones de euros de forma fraudulenta de parte del Gobierno de Qatar y que el organismo redujo la multa que correspondía.
Más allá de esta corriente de dólares que desemboca en la cuenta bancaria de la escuadra francesa, esta aún no ha logrado obtener su campeonato más deseado: la Champions League. En las últimas dos ediciones estuvo cerca de alcanzar la gloria, ya que en la 19/20 cayó en la final ante Bayer Munich y en la 20/21 fue eliminado en semifinales.
Para sacarse la espina el PSG nuevamente volvió a apostar con fuerza en el mercado de pases. Además del inminente desembarco de Lionel Messi el club contrató a futbolistas de la talla de Achraf Jakimi (60 millones al Inter), Georginio Wijnaldum (libre del Liverpool), Sergio Ramos (libre del Real Madrid) y Gianluigi Donnarumma (libre del Milan).