¿Quién es quién en eso de pretender La Silla?

¿Quién es quién en eso de pretender La Silla?

Procede, en acatamiento a las reglas institucionales, mantener límites en el tiempo a los proselitismos en busca de candidaturas presidenciales, para la primera magistratura en sí o para cualquier otra función de Estado subordinada a la voluntad que expresen los ciudadanos en las urnas.

Sin embargo es difusa la frontera entre el accionar ordinario de proyectos políticos, en un estado de garantías constitucionales, y algunas actividades con participación numerosa de público susceptibles de ser etiquetadas como propias de campañas electorales sin serlas.

En verdad, lo único que procedería es desautorizar actos callejeros tumultuosos o constituidos en caravanas con exhibición de pancartas en apoyo a específicas aspiraciones sin haber contienda.

Debatir los problemas nacionales a partir de planes para solucionarlos, previo a la posibilidad de alcanzar el poder, es inherente a la democracia sin restriccion de calendario.

Las controversias y la formulación de reclamos y objeciones a quienes gobiernan son recursos para los que no deben existir impedimentos epocales a fin de garantizar adelantadamente una diversidad de opciones al electorado.

La nación está hoy a la vista de unos protagonismos oficiales con profusión de discursos y propaganda para conservar o acrecentar aprobación pública con pregón de obras realizadas, en curso o proyectadas, en obvia búsqueda de capital político, a lo que se tendría derecho desde el poder si no se resulta ser la única intensa campana que se escuche.

Hacer campaña, propiamente, es lo único que quedaría fuera de época

Vale exteriorizar aspiraciones y sentar bases a proyectos desde ya

El oficialismo está tirado a la calle en busca de mucho apoyo popular (?)

Más leídas