¿Quién frena el éxodo haitiano?

¿Quién frena el éxodo haitiano?

Era previsible que después de la catástrofe causada por el terremoto en Haití, se intensificaría el tráfico de haitianos indocumentados hacia la República Dominicana. También era previsible que el aumento del flujo migratorio sería aprovechado por traficantes de viajeros furtivos para lucrarse de la tragedia humana. Había que dar por descontado que estas operaciones comprarían complicidad de las autoridades en la frontera.

Tan intensa es la inmigración y tan lucrativo el negocio, que los transportistas les dan preferencia a los viajeros haitianos y dejan varados a los dominicanos. Todo el mundo sabe que de por medio está el abuso de los transportistas con los haitianos que tratan de huir del horror. En todos los pasos fronterizos está ocurriendo lo mismo, pero ninguna autoridad quiere ver lo que pasa.

El Gobierno dejó  claro que ni abriría la frontera al éxodo de haitianos, ni permitiría refugios  en territorio dominicano. Aún así, los hechos contradicen el discurso. Los traficantes de indocumentados están haciendo zafra y la libertad conque actúan indica que hay complicidad de autoridades. De otro modo no sería posible. No desmayemos en darle a Haití toda la ayuda que necesita, ahora y después, pero la inmigración furtiva hay que detenerla inmediatamente.

Vacíos en la lucha antidrogas

La investigación del caso Figueroa Agosto tiene muchas lagunas. Aunque dicen tener pistas, las autoridades parecen divagar en medio de una cadena de golpes que parecerían dirigidos a silenciar a allegados, cómplices o testigos de las andanzas de este fugitivo. Las muertes espectaculares parecen encajar en un mismo estilo, pero las autoridades ni han logrado anteponerse y evitarlos, ni capturar a sus autores.  Hay un desafío audaz al que las autoridades no han podido responder -todavía- con la contundencia que aspira la sociedad.

 El patrón seguido hasta ahora deja la impresión de que, más que perseguidos, los prófugos parecen perseguidores. Cazan y silencian con una maestría propia de la mafia, y siguen de lo más  campantes. ¿Pueden los investigadores prevenir los próximos ataques del enemigo? El mismo patrón siembra las dudas. Hay muchos huecos por cubrir en la lucha contra el narcotráfico. Es como para sentir razonable perturbación.

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