Me preguntó un amigo: “¿Quién gana en el 24?”. Le expliqué que no surgieron controversias, que las elecciones fueron limpias y que las ganó Horacio Vásquez. De inmediato me dijo que no le estaba preguntando al historiador, sino sobre las perspectivas de las del 2024, no del 1924.
Entonces le expliqué que si fueran hoy y no dentro de trece meses las ganaría Luis Abinader en primera vuelta y que lo que preocupa a la gente es la inflación, que el dinero no alcanza y el desempleo. Esa ha sido una constante desde que comencé hace cuarenta años a hacer encuestas políticas. La segunda preocupación sí es nueva pues solo ha surgido en los últimos años: el auge de la delincuencia y la criminalidad. Poco puede hacer el presidente para enfrentar el problema económico pues depende de factores externos, pero donde sí puede incidir a través de una mejor policía es en el tema de la delincuencia. En el pasado los apagones, por ejemplo, era una preocupación básica. El tema haitiano, de seguridad nacional y que preocupa a un estadista como Abinader, no preocupa a la gente pues no afecta sus bolsillos. Es, pues, un tema de seguridad nacional y geopolítica pero no uno para conseguir votos.
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Lo que ocurra en la guerra entre Rusia y Ucrania afectará a nuestra economía. Si surge una escalada habrá más inflación, altos precios para la comida importada como el trigo, la soya y el maíz y la OPEP se sentiría más fortalecida para otra vez reducir su producción de petróleo y lograr más altos precios. Si surge una recesión en Norteamérica nos afectaría a través del turismo, las remesas y la inversión extranjera. Por otro lado, si se negocia la paz entre Rusia y Ucrania, bajan los precios del petróleo y de los alimentos importados y si Naciones Unidas interviene militarmente en Haití todo eso redundaría a favor de la candidatura de Abinader. La encuesta de la Gallup se vio afectada por el “efecto Calamar”, pero es probable que en los próximos trece meses sean condenados varios altos funcionarios del gobierno del PLD, lo que beneficiaría al PRM el cual indudablemente trataría de que se recuerden los ya prescritos casos de corrupción durante los tres gobiernos de Leonel Fernández y este a su vez tratará de encontrar corrupción en el gobierno actual.
Pero, personalmente lo que más me preocupa es que a más de sesenta años de desaparecida la dictadura trujillista todavía no logramos que surjan debates públicos entre candidatos a la presidencia, que solo tres partidos sean importantes pues los otros nueve entre ellos no alcanzan más del 3% de los votos, la ausencia de ideologías, pues no sabemos cuál de los partidos principales son de izquierda o de derecha y, finalmente, la gran apatía hacia el sistema político dominicano. Cada vez son más los que se declaran independientes y no ligados a un partido político, cada día son más los que desconfían de los políticos y todo eso puede provocar un nivel de abstención el día de las elecciones mayor que las del 2020, afectada esta en parte por la pandemia.
Tal vez la gente que se decida a votar pensará si hubo más robo durante los tres gobiernos de Leonel Fernández, durante los dos gobiernos de Danilo Medina o en el actual. Una situación muy triste, pero no por eso deja de ser una realidad.