De seguro que con la mejor de las intenciones, el veterano periódico Listín Diario pidió recientemente, en una nota editorial, que no involucren al Banco Central de la República en los debates de la política electoral.

Se trata de una solicitud válida, pero el consejo debe ir dirigido también a la prestigiosa institución monetaria que comanda el veteranísimo economista Héctor Valdez Albizu. Porque ocurre que la tradición del Banco Central era de no participar en debates de ningún tipo y mucho menos en polémicas de sentido político. El Banco Central solía hablar dos o tres veces al año y casi siempre lo hacía por medio de su Gobernador, aprovechando el púlpito de una institución de prestigio.  Se ofrecía una charla y a través de ella se fijaban las posiciones de la institución sobre los principales temas económicos en discusión. Cualquier comportamiento diferente era algo excepcional.

Pero ahora no es así. La actual dirección del Banco Central se ha contagiado del “espíritu comunicacional” del Palacio Nacional y recurre con frecuencia a los medios de opinión pública para debatir temas y rebatir a políticos y economistas que critiquen sus políticas y medidas. Incluso, se registra el extraño caso de que funcionarios de jerarquía del Banco Central son articulistas habituales de medios de comunicación, y no lo hacen para hablar de sus hobbies y escribir crónicas de viajes, sino para apuntalar, refutar, defender, regañar y explicar a quienes se refieran a lo que dice y hace el Banco Central de la República.

Digamos que esa es una política novedosa, aunque no recomendable, y que responde a la tónica  del Gobierno del Presidente Leonel Fernández. Todos la hemos aceptado, estemos o no de acuerdo con ella. Pero el Banco Central debe saber que la opinión pública es un espacio de discusión y que quien recurre a ella y participa en el debate debe someterse a sus reglas de calle de doble vía.

El  Gobernador Valdez Albizu ofrece sus declaraciones casi siempre con matizaciones políticas. Angie Fondeur y Frank Fuentes Brito, asesores de la Gobernación, y Rolando Reyes, asesor técnico, escriben con frecuencia y en el caso de Angie polemiza abiertamente con su profesor Andy Dauhajre. Todo en nombre del Banco Central.

Como se ve, el Banco Central nadie puede reclamar, que se deje fuera del debate al Banco Central, porque los funcionarios de esta institución, con la anuencia de su Gobernador, han participado en las discusiones públicas de manera abierta y libre.