Han transcurrido 12 días desde el magnicidio de Jovenel Moise y cómo si se tratara de una novela al estilo «El Informe Pelicano», «El Socio» o cualquier otra obra del escritor estadounidense, John Grisham, la muerte del mandatario haitiano sigue rodeada de un velo de misterio que pese a las investigaciones que ejecutan las autoridades da pie a la creación de teorías que van desde fines políticos, pasando por un supuesto rechazo a la vacuna contra la COVID hasta terrorismo.

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Los primeros datos que se conocieron tras la muerte del mandatario apuntaban a que los asesinos de Moise hablaban español, antes de que se confirmara que eran colombianos, apuntaron a una posible participación de dominicanos en la operación. Sin embargo, esta teoría se descartó rápidamente tras la versión oficial de las autoridades de que los miembros del equipo que mató al presidente eran mercenarios de la nación suramericana que habían ingresado al país meses atrás a través de la República Dominicana.

Con el pasar de los días la investigación se centró en por qué los miembros de la seguridad del presidente o los agentes que custodiaban la casa desde afuera no resultaron heridos enfocando la atención de las autoridades haitianas, que para ese momento ya habían pedido ayuda al Gobierno Estadounidense, en el jefe de seguridad de Jovenel, Dimitri Hérard, quien fue arrestado luego de ser declarado prófugo por no asistir al interrogatorio y trascender que este había viajado a Ecuador y Colombia, además de ser una persona de interés para agencias de seguridad internacional por posible trafico de armas.

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Sin embargo, posterior al señalamiento de Hérard, la investigación dio un nuevo giro presentando al primer ministro Claude Joseph, como sospechoso debido a la acomodada posición en la que quedó tras el magnicidio y a su resistencia a abandonar un cargo que había sido otorgado por el propio Moise días antes de su muerte a Ariel Henry, empero y con el reconocimiento inicial de los Estados Unidos Joseph lideró la nación los días posteriores al homicidio del presidente haitiano. Es importante destacar que a 12 días del magnicidio Joseph ya renunció a su cargo para dar paso a nuevas autoridades que organicen elecciones legitimas en el país.

Hasta este punto las autoridades haitianas habrían brindado a la sociedad haitiana y a la comunidad internacional los posibles responsables, pero no habían dado a conocer el motivo. Fue la primera dama, Martine Moise, herida durante el ataque a su esposo y dada por muerta por los homicidas quien a través de las redes sociales dice al mundo que mercenarios mataron a su esposo, sin hablar de nacionalidad y tampoco dice quién la salvó a ellas y a sus hijos.

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No obstante, cuando la investigación parecía cerrarse entorno a los supuestos responsables surge de entre las pistas el nombre del doctor Enmanuel Sanon, galeno radicado en Miami y que había presentado sus aspiraciones presidenciales a la República de Haití con quien también se vuelve a mencionar a la República Dominicana al revelarse que este había estudiado medicina en Quisqueya, que tenía un apartamento y cuatro matriculas de circulación de automóviles para esta parte de la isla.

Los últimos señalados por las autoridades como posibles implicados en el asesinato de Jovenel Moise son el dueño de la empresa de seguridad que contrató a un grupo de 26 colombianos (a este punto de la investigación la participación de los exmilitares suramericanos estaba confirmada por Haití y Colombia), para un confuso trabajo del cuál aún se desconocen realmente los detalles, el venezolano, Antonio “Tony” Intriago, quien operaba en Miami (donde pudo conocer a Sanon) y Joseph Felix Badio, un exfuncionario del Gobierno Haitiano separado de una institución del Estado por corrupción por supuestamente solicitar sobornos quien es señalado por la Policía Colombiana de ser la persona que dio la orden directa de matar a Jovenel.

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Hasta el momento, estas son las personas que habrían intervenido directamente en la planificación y ejecución de la muerte del presidente haitiano, Jovenel Moise, sin embargo, tampoco se ha dejado conocer claramente cual habría sido el motivo del magnicidio aunque se asume que las razones fueron políticas por lo dicho por la Primer Dama haitiana en su cuenta de Twitter.

«Enviaron a mercenarios asesinar al presidente en casa con toda su familia porque quería agua, carreteras, el referéndum y elecciones al final del año para que no haya transición en el país», se escucha en el audio grabado por Martine Moise y colgado en su cuenta de Twitter.

Las especulaciones de los medios de comunicación y la sociedad en general aún causan confusión, pero esta situación es alimentada por el peculiar hermetismo con el que las autoridades haitianas manejan el caso, ya que lo que se ha sabido, en su mayoría, ha sido por Colombia y Estados Unidos quienes han dado seguimiento de cerca a la investigación.

Informaciones desmentidas

Entre las informaciones desmentidas por las autoridades se encuentran la supuesta reunión de planificación del asesinato de Jovenel en un hotel de Santo Domingo; la fotografía que circuló del supuesto cadáver del presidente haitiano días después del magnicidio; la muerte de la Primera Dama de Haití; que el motivo del asesinato fue por el rechazo de Moise a la vacuna; que se trató de un acto terrorista; los militares desmintieron que su objetivo fuera matar al mandatario y que solo querían arrestarlo; la intervención militar estadounidense a Haití, entre otras.