¿Quién mató la inflación de EEUU? ¿La Fed o la débil economía?

¿Quién mató la inflación de EEUU? ¿La Fed o la  débil economía?

WASHINGTON - OCTOBER 28: The U.S. Federal Reserve Building is shown October 28, 2008 in Washington, DC. The Federal Reserve is widely expected to announce another interest rate cut tomorrow. Win McNamee/Getty Images/AFP == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY ==

Si la economía fuera literatura, la historia de lo que le sucedió a la inflación estadounidense sería una fascinante novela policiaca. ¿La inflación murió por causas naturales, a consecuencia de una débil economía, por ejemplo? ¿Fue asesinada por el banco central, que usó las altas tasas de interés como arma homicida? ¿O no está muerta en absoluto, sino solo acechante, y regresará con más fuerza?

Como cualquier novela de misterio, ésta tiene un giro. ¿Qué pasaría si la derrota de la inflación resultara contraproducente para el propio banco central, haciéndolo parecer prescindible? Lejos de reconocerle un buen trabajo, está bajo un ataque populista.
“Si la Fed hubiera hecho su trabajo correctamente, cosa que no ha hecho, el mercado de valores habría subido entre 5 mil y 10 mil puntos adicionales, y el PIB estaría muy por encima del 4 por ciento en lugar del 3 por ciento con inflación casi nula”, tuiteó el 14 de abril el presidente Donald Trump. El 5 de abril, citando a Freddie Mercury, dijo que la economía despegaría como “un cohete” si la Fed relaja sus políticas.

Lo irónico de la crítica de Trump es que, según los históricos, el banco ha tenido una política “dovish” o laxa, es decir, inclinada a mantener las tasas bajas para estimular la economía. Tras décadas de esfuerzo para reducir la inflación, incluso a costa de ocasionar recesiones y, finalmente, lograrlo, los bancos centrales de las economías desarrolladas han pasado los últimos diez años dando marcha atrás para combatir la inflación, con poco éxito. En una conferencia de prensa en marzo, el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell admitió que la baja inflación es “uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo”.

Como reconoce Powell, una inflación persistentemente baja es difícil de explicar usando la teoría macroeconómica estándar. Las presiones sobre los precios fueron débiles tras la crisis financiera mundial porque hubo una desaceleración económica, con la consiguiente infrautilización de fábricas y trabajadores.

Lo que sorprende ahora es que incluso después de una de las expansiones económicas más largas en la historia de EU, la inflación sigue siendo baja. La Fed ha incumplido repetidamente el objetivo inflacionario que fijó en enero de 2012 de una variación anual de 2% en el índice de precios al consumidor. Una vez excluidos los volátiles precios de los alimentos y la energía, la inflación ha alcanzado la meta solo un mes en los últimos siete años.

En enero, Powell señaló que la economía parecía tan fuerte como para soportar dos aumentos de un cuarto de punto en las tasas de interés en 2019, adicionales a los cuatro aumentos en 2018. Pero la inflación se ha ubicado nuevamente por debajo de las expectativas de la Fed, y las dos alzas de tasas previstas para 2019 ya no aparecen en sus proyecciones.

Si bien una inflación de cinco dígitos es destructiva, un poco de inflación engrasa el motor del comercio. Un poco de inflación permite que las empresas bajen los sueldos de los trabajadores, pues mantener los salarios sin cambio equivale a una reducción del salario real. Un poco de inflación es útil para los bancos centrales porque les ayuda a combatir las recesiones. Para estimular los préstamos, les gusta recortar sus tasas de referencia muy por debajo de la tasa de inflación. Pero no tienen espacio para hacerlo si la tasa está por encima de cero.

Entonces, ¿quién, o qué, mató a la inflación? Cada vez hay más pruebas de que el asesino no fue la Reserva Federal, el Banco Central Europeo o el Banco de Japón, a pesar de que los banqueros centrales suelen creer el dicho de Milton Friedman de que “la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario”. Investigadores descubrieron que la baja inflación es consecuencia de la globalización, la automatización o la desindicalización que merman el poder de los trabajadores para negociar salarios más altos.

En otras palabras, el capitalismo mató a la inflación. En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el economista polaco Michal Kalecki describió la inflación como el resultado de la lucha entre los salarios de los trabajadores y los beneficios corporativos. Si los trabajadores logran grandes aumentos salariales, sus empleadores recuperan los costos aumentando los precios, obligando a los trabajadores a pedir más aumentos, y así sucesivamente en una espiral de salarios y precios. Por el contrario, si los trabajadores tienen poca o ninguna capacidad de influencia, como ocurre ahora en muchas industrias, la espiral de salarios y precios nunca se detona.
Lucha de clases
Incluso la Reserva Federal ha considerado que la inflación pudiera estar relacionada con una especie de lucha de clases. Richard Clarida, economista de la Universidad de Columbia que comenzó en septiembre su mandato de cuatro años como vicepresidente de la Reserva Federal, suele subrayar la disminución de la participación de los trabajadores en el ingreso nacional, que se ubicaba en un rango del 68 al 71 % entre 1970 y 2010 y se redujo al 66.4% al término de 2018.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas