¿Quién proscribirá algún padre de la Patria?

¿Quién proscribirá algún padre de la Patria?

¿Quién se atreverá a extrañar a algún padre de la patria? ¿Quién se empeñará en buscar destierro y destino –adecuados- si algún patricio mereciere el ostracismo?

La conmemoración del bicentenario del natalicio de Juan Pablo Duarte ha desenterrado, aun con cierta timidez, la composición del encabezamiento de los libertadores de la patria.

Esos conceptos nos habrían de llevar más tarde o más temprano y provocarán inclinaciones por la proyección de sentimientos y sincerización ideológica y de comportamientos.

En verdad de verdad, desde temprano de nuestra formación escolar, párvulos quizás, sentíamos un punto de extravío con la trilogía fundacional (“Dios, Patria y Libertad”), aunque desde los primeros momentos no alcanzábamos a pronunciarnos, en forma tal, por la inmadurez que nos envolvía.

Pensábamos, sí, que la República Argentina, por ejemplo, se abrazó a la figura de José de San Martín, Venezuela lo hizo con Simón Bolívar, Cuba con José Martí y así… Nosotros, con tres ejecutores de categoría, y, a la larga por una o por otra razón nos sentimos satisfechos con la trilogía. ¡Vaya usted a saber! Duarte, el idealista, Sánchez, el estratega y Mella, aquel soldado que disparó “el trabucazo que rugió como un león’’. Otros podían haberse acercado, tener un sitial, pero serían demasiados y los días se confabularon para retener la lista de héroes de tantas batallas.

¿Qué hacer ahora? ¿Quién puede presentar una lista idónea? ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo sancionar equitativamente tantos sentimientos y presunciones confundidas? ¿Quiénes deben salir? ¿Por qué? ¿Quiénes deben ingresar al listado?

Ahora bien, ¿Quién es la “capacidad” para arrebatar la gloria cuando bizarría y demás atribuciones han perdurado y perdurarán por largo tiempo?

Ahora, precisamente ahora, vivimos espacios de largos y de sangrientas delincuencias, de crimen organizado, de sicariato. De corrupción en todos los niveles. De fabulosa “isla artificial” y desaparición de los fondos comprometidos por dicha empresa. De tráfico de influencias, de tráfico de toda categoría y en todo orden. De sustancias controladas. Perversión bochornosa de menores.

De una cada vez más creciente agresión en contra de la mujer y aplicación del femenicidio.

De Barrick  Gold; del parque Jaragua y de Bahía de las Águilas.

¿Qué más? Si no nos alcanza el tiempo para enfrentar tantos menesteres?

¿Quién se quedara en el cuadro de honor? ¿Ingresará para compensar la(s) salida(s) de cualquier “afuereado”. Por favor, no me digan eso. Porque ¿cuál sería el idóneo?

¿Cómo conjugar sentimientos y prejuicios confundidos inequitativamente?

Estaremos velando en pro de idoneidad ¿La aplicación del PIB en favor de la retardada educación nacional ¿Quién o quiénes deberían salir de la magnificencia de la trilogía patriótica?

Es un tema que nunca ha estado fuera de enfoque en debate magnífico y salón con distinguido auditorio, que se presentó en fecha retropróxima, en “Polémica en torno a los Padres de la Patria”, hablárase o no en la forma en que aquí lo estamos planteando.

 ¿Quién o quiénes deberían desaparecer de la magnificencia del enmarcado? Si alguien saliese ¿habrá espacio para nuestro(s) ingreso(s)? ¿Sería esto consecuente con la “filosofía” de la preocupación expuesta?

Debemos atenernos a los problemas que nos envuelven ahora mismo.

¿Cómo se podría manejar la inversión de PIB por el desarrollo escolar?

¿Cuándo podremos alcanzar una ley de partidos políticos y otras disposiciones congresionales que aguardamos largamente?

En fin, ¡apaga la vela, y vámonos!

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