¿Quién puede explicarlo?

¿Quién puede explicarlo?

Es una verdad incontrastable que la preparación académica representa un eslabón de vital importancia para el bienestar del ser humano, de su éxito en el porvenir.
Como es también irrebatible que ciudadanos mejor preparados técnica y científicamente, aportan a las naciones mayores concursos para su desarrollo.
Nadie en su sano juicio cuestiona la necesidad de que la juventud dominicana adquiera los conocimientos indispensables para servir a la patria, preparación que adquirirá, tras completar sus estudios superiores, en los centros universitarios.
Pero es de rigurosa pertinencia que nuestras universidades presenten planes de estudios que respondan a los verdaderos y urgentes requerimientos del país.
Entregar a la sociedad dominicana a jóvenes con un título universitario que solo le servirá para colgarlo en su hogar, es una lamentable invitación a la frustración.
No acabo de comprender cómo se inviste cantidades de profesionales en carreras como Derecho, Ingeniería Civil o Idiomas, para citar solo algunas, que por su saturación no les permitirán ingresar al mercado laboral con seguridad y aceptables condiciones salariales.
Es lamentable observar a decenas de jóvenes dedicados a labores ni siquiera afines a sus profesionales, cuando son portadores de títulos académicos superiores.
Así no llegaremos a ningún estadio superior de desarrollo.
El tamaño de la economía dominicana requiere de una reformulación de las carreras universarias. Y esto es impostergable.

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