Quien te ve y quien te vido

Quien te ve y quien te vido

El gran león es Leonel Fernández, no Félix Bautista. Félix Bautista no pasa de ser un “jarrierito”, un “bigañuelo”, en una plaga de grandes ratas a la cual anexaron hasta al ratoncito Miguel, quien resultó ser tremendo ratón matrero.
Con una rapidez increíble, digna de ser estudiada, olvidamos que el blanco debe ser el jefe, que “cuando ladra el perro hay que darle al amo” puesto que ahí, de paso, le damos al perro y le damos al amo. En este caso hablamos de ratones, ratoncitos, de grandes ratas, de grandes depredadores del erario.

Por eso me propongo hablar de Leonel, para darle a todos sus segundones, a todos los miembros de su cuadrilla que ha surgido, crecido y se mantiene como una plaga malsana y como un ejemplo maldito.

Se trata de una plaga combinada de la mosquita blanca, la “sigatoka”, la roya y todas las otras, puesto que ésta hace metástasis como una picazón, puá quí, puá ca, puá lla, como urticaria en la piel de un niño.

En una ocasión Joaquín Balaguer llamó a Juan Bosch “demagogo con cara de redentor”, a ese grupo pertenece esa plaga peledeísta que como polilla, actúa sin prisas, pero sin pausas, en su tarea única: destruir la base moral del país en su afán por ser legitimados por una sociedad que los conoce, una sociedad a la cual mienten pero ya no engañan a nadie, el pueblo los conoce.

Esos muchachos con una palabra que auguraba honestidad, seriedad, eficiencia, se han convertido en “señorones” cuya acumulación originaria es fruto de su paso por el gobierno, donde orquestaron un sistema mediante el cual se garantizaron impunidad permanente al amparo de una Constitución hecha a su medida, un sistema judicial en el cual los jueces de los Tribunales Superiores están atados a un timbrazo de teléfono donde se les instruye cuál debe ser la sentencia, en su borrachera de poder olvidaron que “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.

Las demandas de corrupción contra Félix Bautista son tratadas, con el guante de seda que oculta la garra envenenada, porque se intuye que la persecución es contra el amo. Ello no significa que el chigüín que Leonel convirtió en un empresario internacional no sea culpable.

Pero al descargar al chiquito se blinda al pez grande porque se sienta jurisprudencia y se le aplicarían los mismos argumentos legales al amo, cuando vaya al banquillo de los acusados.

¿Pruebas contra Leonel, Félix y toda la pandilla? aplicarles la filosofía de un tíguere de Barahona, quien ante el bienestar súbito e inexplicable de un funcionario del gobierno le dijo: “Fulano, quién te ve y quién te vido”. Qué tenías y qué tienes.

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