Quién te vio y quién te vido

Quién te vio y quién te vido

Una investigación seria, a fondo, exhaustiva, arrojaría cifras impredecibles si se hurgara en la inmensa y oscura furnia de la corrupción. En ocasiones, una denuncia sirve, contribuye, ayuda a ocultar antes que a descubrir.

Para algunos escalar la cima de cumplir con el deber, de realizar el cometido que se ha comprometido a llevar a cabo, se hace muy difícil.

Entonces se recurre a la denuncia como un modo de desligarse de lo denunciado; lo que hay que ver es si se logra.

Una información publicada en este diario dice: “El director del Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa, Hotoniel Bonilla, dijo ayer que en los últimos 10 años en el país se han malversado más de 104 mil millones de pesos en casos de corrupción, de los que el  95%  han quedado impunes.

“El alto funcionario afirmó que el sistema de justicia dominicano no está concebido para sancionar el sistema político”.

Si ese funcionario dice que se han malversado 104 mil millones de pesos ¿qué suma resultaría de una investigación seria?

Los cordones umbilicales que protegen la corrupción están formados por vasos comunicantes que parecen invisibles, desconocen u ocultan lo que se sabe: toda acción humana deja una huella que se puede comprobar.

Alguna vez lo escribí, pero es oportuno repetirlo: Juan Bosch me decía, en el período pre electoral de 1966 “basta con que los funcionarios no malversen el 10 por ciento del Presupuesto de la Nación y tendremos 20 millones de pesos frescos para invertirlos en obras importantes para el país”.

Entonces, el Presupuesto orillaba los 200 millones de pesos.

Cabe la pregunta: ¿deja huella escrita, palpable, el 10, 15, 20 por ciento que perciben funcionarios por compras a suplidores favoritos, a quienes tienen la oportunidad de otorgar obras multimillonarias de grado a grado?

Las huellas de la corrupción son visibles: el suegro que adquiere una empresa, el papá que se engancha a comerciante, el hermano que compra fincas y ganado de primera calidad ¿de dónde sacaron los recursos?

Lástima que la credibilidad de muchos funcionarios sea directamente proporcional a la verborrea de jueces y fiscales que hablan para ocultar en vez de administrar la ley en forma justa. Los putrefactos vasos comunicantes salpican los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

¿Determinar la corrupción? Basta con lo que se ve.

El pelotero recién contratado por millones de pronto vestía, calzaba y exhibía joyas caras, de marca (como dicen ahora) y el tíguere del barrio lo vio venir y le comentó: Fulano, quién te vio y quién te vido.

Basta de mirar hacia el otro lado.

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