¿Quién tiene la responsabilidad?

¿Quién tiene la responsabilidad?

MARLENE LLUBERES
Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra si misma se derrumba. Luc 11:17. Durante muchos años hemos visto con dolor como en nuestro país ha primado el interés individual por encima del colectivo lo que ha permitido la permanencia de los males que nos aquejan, preservándose éstos de manera intacta, impidiendo que los problemas nacionales obtengan soluciones reales y contrariamente se hayan reproducido en su totalidad.

Observamos la manera en que un dominicano se levanta contra otro, intentando establecer imposiciones de poder, traspasando  los linderos de la honradez, lealtad y prudencia, adiestrándose, cada vez más, en contiendas, disensiones y difamaciones lo que ha sembrado profundas raíces de luchas de intereses y fragmentaciones, llegando al casi total deterioro de nuestra sociedad.

Hemos obviado el hecho de que somos una nación y para prevalecer como tal es necesario que se manifieste la unidad y la sujeción común a un gobernante, independientemente de las inclinaciones partidarias, convirtiéndonos en fieles combatientes capaces de lograr establecer los intereses comunes de la patria, conscientes de que somos un cuerpo y cuidadosos de no armar red a nuestros conciudadanos lo que, sin dudas, detiene el buen desarrollo de la gobernabilidad cuya meta fundamental es que nuestro pueblo pueda salir adelante en todo.

Es deber nuestro tratar de que impere el esfuerzo común, lejos de perseguir la destrucción, que no desmaye nuestro corazón y reunidos todos tomemos la decisión de dejar atrás la violencia sometiéndonos a los dirigentes, seguros de que no hay autoridad sino de parte de Dios y las que hoy por Dios han sido establecidas.

Estemos dispuestos a toda buena obra y ni aun en nuestros pensamientos hablemos mal de quienes nos gobiernan sino que delante de Dios presentemos la situación, moviéndonos a ser parte de las soluciones para que podamos disfrutar de un verdadero progreso y bienestar en nuestra país, con el objetivo de que como nación creada por Dios con planes señalados por El, podamos salir adelante, hablando todos una misma cosa sin que haya en nosotros divisiones, sino que estemos perfectamente unidas por una misma mente y un mismo parecer.

Hagamos un alto en nuestro caminar y analicemos el gran amor que Dios ha tenido con nuestro país, la forma tan abundante en que nos ha bendecido, para que con corazones agradecidos persigamos que ese mismo amor sea sobre todo el pueblo saliendo de cada dominicano acción de gracias y voz de nación que está en regocijo con la certeza de saber que nuestro Señor nos multiplicará y no seremos disminuidos, ni menoscabados.

No ha sido coincidencia que hayamos nacido en esta isla, sino que con un fin determinado por Dios ha sido, tal y como está escrito en la Palabra de Dios que de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y le ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si de alguna manera, palpando, pueden hallarlo, aunque ciertamente no estás lejos de cada uno de nosotros. Acerquémonos, pues, a Dios y El se acercará a nosotros.

m-lluberes@hotmail.com

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