¿Quiénes deben pagar por la pandemia y hipercorrupción…?

¿Quiénes deben pagar por la pandemia y hipercorrupción…?

El ministro de Hacienda y el director de Presupuesto, teniendo en cuenta la crisis del coronavirus y el fuerte endeudamiento por el uso irresponsable de los fondos públicos, presentaron un proyecto de presupuesto para el año 2021 con un fuerte déficit, con algunos ajustes y nuevos tributos que a su modo de ver contribuirían a reducir su impacto sobre la economía nacional.

Creo que ha sido un ejercicio legítimo esta presentación, que sale a la palestra pública. Es lógico que pocos quieran compartir los platos rotos de la crisis económica que heredó la administración de Luis Abinader; pero también son legítimos los cuestionamientos a esas propuestas, porque no tienen en cuenta posibles fuentes de ingresos que pueden ser más apropiados para tales fines.

Por lo pronto, deben considerarse como posibles fuentes para enjugar nuestro déficit, las empresas que reciben beneficios o exoneraciones extraordinarias en la presente coyuntura, como la extracción del oro y otros minerales, cuyo valor es superior al 50% sobre el año anterior, y el pago de los combustibles que se usan sin intermediación para la industria y el comercio y hasta para uso doméstico.

Otro aspecto a considerar son los beneficios extraordinarios de muchas empresas por la venta de productos junto a alimentos, porque vendieron los que estuvieron prohibidos en las tiendas especializadas cerradas.

Sobre el posible impuesto al salario No.13 o navideño, que es exonerado por el Código de Trabajo, eso en sí no sería un problema, ya que una nueva Ley anula las anteriores que le sean contrarias, y solo sería a partir del año 2021.

Pero el salario de los empleados ha disminuido en los últimos meses en más del 20%, por la devaluación del peso a casi el 60 por dólar para todos.

Lo que sí procedería es que cuando superemos la pandemia se compense esa disminución estableciendo un salario No.14, a ser entregado en los empleados entre los meses de julio y agosto de cada año, que al eliminarse la exoneración del impuesto al salario navideño, significaría un 7% de aumento anual, pero entregado separadamente entre los meses de julio y agosto, que bien necesitan los empleados dominicanos y algo más.

Del mismo modo, tiene sentido gravar las compras en divisas provenientes de tarjetas de crédito para productos importados, por empresas que no tributan al país, haciendo competencia desleal a las establecidas; lo mismo que los servicios por internet como Netflix y similares, lo mismo que la venta de productos en el mercado fronterizo que no sean provenientes de las comunidades cercanas.

Deben así mismo gravarse los juegos de azar que están por doquier, muchos sin pagar nada por estar vinculados a legisladores y funcionarios.

Por último, hay que dar la debida atención a la recuperación de los bienes provenientes de la corrupción, el contrabando y el narcotráfico, dándole vigencia una ley de Extinción de Dominio para esos delincuentes, aunque hay que reconocer que eso se lleva algún tiempo, ya que hay que demostrar y documentar adecuadamente esos crímenes de lesa patria, que afectan a todo el cuerpo social de la nación dominicana.

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