El amigo Franklin Almeyda, hombre de formación y experiencia política demostradas, tiene a veces salidas que son realmente antológicas.
Recuerdo que hace años, siendo entonces director del Colegio Universitario de la UASD, unidad de Educación Preparatoria con salario de tiempo completo y yo director del Departamento Académico de Historia y Antropología a título honorífico, se le ocurrió solicitar una multa para mí por no haber asistido a un examen de historia que hubo en su unidad, de la que no era profesor, no fui invitado ni avisado…
Ya parece que Franklin abandonó su habitual y peculiar manera de dividir a los dominicanos en dos grupos: los corruptos y del PLD, probablemente porque los jerarcas del PLD han roto todos los récords mundiales en corrupción administrativa.
Ahora asegura paladinamente que el PRM ha traicionado a los diputados de su facción por no haberlos respaldado en las aspiraciones de elegir al presidente de la Cámara a su candidato y porque algunos de sus diputados; pero el PRM, al no tener la mayoría requerida para alcanzar la presidencia, los dejó en libertad para que votaran por quien quisieran.
La verdad es que se necesita mucha imaginación para hacer semejante acusación, por lo que me permito hacerle las aclaraciones siguientes:
Cuando su jefe Leonel Fernández fue presidente del la República e impuso su constitución, creó el Tribunal Superior Electoral y rápidamente hizo aprobar la Ley que le permitió funcionar, sin someter un Proyecto de Ley de Régimen Electoral que debió seguir funcionando con la ya obsoleta Ley 275-97, en la que se consignaba la vigencia de tres instancias de la JCE: las Cámaras Administrativa y Contenciosa, que desaparecieron, y el Pleno de la JCE.
Dentro de ese contexto de dominación política, completada con el total control del Consejo Nacional de la Magistratura, la Suprema Corte de Justicia, la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior Electoral; el PLD bajo la dirección de su jefe Leonel, orquestó las siguientes acciones.
1) Lo primero que hizo fue sonsacar a los dirigentes y militantes del PRSC, no obstante el apoyo que le había brindado Balaguer con el “Pacto Patriótico” sin exigirle participación en su gobierno. Eso puede leerse como traición a ese partido y su líder.
2) Con la “ayuda” del Tribunal Superior Electoral designado por él mismo, produjo 17 sentencias contra la mayoría de la militancia y la dirección del PRD y le entregó el partido a un presidente que con todo y esa alianza contra natura, apenas recibió la séptima parte de los votos de quienes se presentaron con el PRM: un partido recién fundado. Eso es traición institucional.
3) El PRM hizo causa común, con la facción de Leonel en forma independiente, contra de la repostulación de Danilo, como parte de su lucha contra el continuismo, representado también por Leonel; de manera que no es traición nada que haga con relación a éste.
4) Yo habría preferido que todos los diputados del PRM se abstuvieran en la elección del presidente de la Cámara de Diputados, pero reconozco eso podía alentar a quienes quisiesen presidirla de una manera oportunista, y sirvieran sin quererlo al interés de los continuistas del PLD; de manera que se prefirió dejarlos en libertad. Eso no es traición.
He dicho…