¿Quiénes se han robado y vandalizado el país?

¿Quiénes se han robado y vandalizado el país?

El país, con tantos índices negativos a nivel mundial en cuando a corrupción, inseguridad ciudadana, educación, servicios públicos, energía cada vez más deficitaria,  etcétera, tiene en su interior un sector político cada vez más poderoso y rico que se eleva por encima de las precariedades nacionales para disfrutar de un paraíso artificial.

Las perspectivas son deprimentes, para los que todavía  conservan su dignidad y su moral en alto, y mediante lo cual fueron forjados en sus hogares y escuelas de antaño. Chocan de frente a un ambiente contaminado y proclive a mostrar que el buen camino de la vida es aprovecharse de los recursos públicos  para hacerse ricos.

Y hacia ese objetivo marcha una manada de seres humanos, que enganchados en los partidos políticos, para trepar a como dé lugar, son hoy en día los señores que opinan y disciernen sobre los temas más amplios, que hasta de economía proclaman sus conocimientos o están escribiendo en los diarios, impresos o digitales,  puesto que sus asesores de imagen les dicen que deben escribir artículos de opinión para que el público se dé cuenta de la sabiduría que poseen, sin saber que tienen sus escritores fantasmas o se adueñan de las amplias informaciones que se ofrece navegando en Internet, que cualquiera sale un experto en el tema que le interese.

Sin embargo, pese a ese cúmulo de  adversidades de la moral y la conducta  de los políticos, que por muchos años han estado actuando como chivos sin ley, ahora en el horizonte se asoma un propósito de ofrecerle al mundo una nueva imagen de que los dominicanos pueden ser honestos en la cuestión de la administración pública, si existe una  intención  de enmendar tantos desafueros y asaltos que se cometen cuando se desvían fortunas para los bolsillos de los funcionarios inescrupulosos.

Tenemos desde hace casi dos meses y medio un nuevo gobierno, que desde su inicio mostró un estilo muy diferente al de su antecesor, pese a ser del mismo partido, pero  la concepción que  tiene el presidente Medina  del manejo de los  recursos humanos y económicos, es muy distinta. De inmediato se vieron  las acciones que se tomaron para enmendar  tantos desatinos cometidos en el manejo del gasto público.

Las acciones de austeridad, aceptadas de mala gana por los políticos que se fajaron para conservar  sus canonjías o llegar para asaltar lo que pueda quedar,  han tenido que frenar sus impulsos  y mostrar  una imagen de comedimiento, distinta a lo que tenían en los pasados ocho años. Están a   la espera  que tales esfuerzos y medidas de adecentamiento de la cosa pública no sean de larga duración, conociendo la costumbre dominicana de que la continuidad de programas y objetivos no duran por mucho tiempo.

Sin embargo, pese a la tormenta que ha levantado una propuesta reforma fiscal de alcances dudosos a la economía,  hay señales de que existe un firme propósito de llevar la honestidad en el manejo de los recursos públicos. Quizás podrían permanecer  algunos reductos del Estado protegidos en sus prebendas de barrilitos, nominillas,  subsidios para ayudar a sus correligionarios provinciales. También el sector estatal de la justicia se ha enturbiado cuando vemos tantos nuevos tribunales de altas cortes con jueces que disfrutan de salarios  de apaga y vámonos que hace tan solo diez años eran inconcebibles. No se conocía que la vaca lechera estatal fuera tan generosa en su ubre para alimentar a tantos políticos hambrientos de riquezas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas