POR LEONORA RAMÍREZ
Que las aceras  no tengan rampas para el uso de los minusválidos es un mal menor, si se compara con las barreras culturales que se deben eliminar para que los discapacitados  tengan acceso a un trabajo digno.

A esa conclusión se llega cuando se conversa con Cristina Francisco, secretaria de la Red Iberoamericana de Entidades de Personas con Discapacidad, quien se puede considerar como una excepción por haberse insertado en el sector laboral pese a sus limitaciones motoras.

Es por eso que el principal objetivo de la Red  es sensibilizar a la población, a los políticos y  empleadores sobre la necesidad de integrar a los discapacitados a los procesos de desarrollo del país.

    Se pensaría, asegura Francisco, que el perfil de éstos  es el de los que piden en las calles,  “pero esa no es la realidad, hay otras caras, personas que nos hemos preparado, que tenemos  suficiente capacidad para desempeñar  un puesto en una empresa o en una institución pública”.

Para llegar a ese eslabón la Red desarrolla el proyecto “Construyamos una sociedad inclusiva: integración social y económica de las personas con discapacidad”.

Esa iniciativa está dirigida fundamentalmente al sector empleador, a cuyos representantes se les pretende demostrar que los inhabilitados son una carga social cuando no tienen medios económicos para subsistir.

“Queremos que los empresarios entiendan que con la simple  adecuación de  espacios, les pueden dar la oportunidad a personas que son normales y necesitan un empleo”.

Las primeras actividades

Como parte de la campaña de sensibilización, la entidad les enseñará a los incapacitados los componentes de la Ley laboral que les benefician.

Una de las primeras actividades se realizarán el 24 de agosto, en San Pedro de Macorís, y el 31 del mismo mes en Azua.

SITUACIÓN EN RD

Los discapacitados representan un 9% de la población dominicana,  pero  es muy poca la cantidad integrada al mercado laboral, pero Francisco no tiene cifras exactas.