Al momento de ejercer libremente nuestro voto, tenemos la oportunidad de elegir a un candidato en quien creemos, un candidato que a lo mejor nos ha prometido algo, un candidato en el que tenemos esperanza, pero la verdad es que eso no garantiza que va a haber un cambio, el cambio lo haces tú.
El cambio se hace cuando empiezas a tratar a los demás con más respeto, cuando entiendes que en el mundo existe una diversidad de opiniones y que cada quien tiene derecho a expresarlas sin ser juzgado, cuando te detienes para dejar que ese niño o esa mujer embarazada cruce la calle, cuando respetas el semáforo en rojo, cuando no te cambias de carril sin poner las direccionales, cuando saludas al que está limpiando la calle, cuando no miras a los demás por encima del hombro porque entiendes que tienen una posición económica diferente a la tuya, cuando al momento de votar no preguntamos cuál es el que más dinero ofrece para vender nuestra dignidad sin importar lo que pase en los próximos cuatro años de gobierno. ¿Dignidad? Sí, porque cabe destacar que a diario nos quejamos de nuestro gobierno pero al momento de las elecciones, somos los primeros que cogemos esos $1000 pesos, esas cervezas y cualquier otra cosa que ofrezcan porque nos encanta que todo sea gratis y nos regalen todo sin esfuerzo, sin trabajo, sin luchar y sin ganarlo, y así vendemos nuestro voto al mejor postor sin pensar en las consecuencias que esto nos pueda causar.
El gobierno ofrece la escuela a tus hijos, pero la educación la debes dar tú, en tu casa, inculcándoles valores, enseñándoles buenos modales, ejerciendo tu rol como padre o madre. El gobierno te puede dar un trabajo pero la capacitación la debes tener tú, el gobierno puede ofrecerte medicinas y buena salud pero el buen uso lo debes dar tú.
Tenemos que entender que no va a venir ningún presidente a cambiar el país y a hacerlo mejor, eso sólo se logra con la disposición y dedicación de cada uno de nosotros los ciudadanos, trabajando por nuestro futuro, ejerciendo nuestro voto con consciencia, alzando nuestra voz cuando entendamos que nuestros derechos han sido vulnerados, emitiendo nuestra opinión sobre los temas sociales que a diario afectan a nuestro país y haciéndonos sentir, haciendo saber que el bienestar de nuestra comunidad nos importa y de ser necesario, llegar hasta las últimas consecuencias cuando entendamos que así deba ser.
¿Quieres un cambio? Pues empieza cambiando tú porque para cambiar el mundo, primero debemos cambiar nosotros mismos.