Químico afectó niños y adolescentes

Químico afectó niños y adolescentes

POR A. ORTIZ GÓMEZ
Niños y adolescentes, escolares en su mayoría, sufrieron desmayos, náuseas, irritación en los ojos, dolores de cabeza y vómitos como consecuencia del escape de gas “mercaptano” por el área metropolitana. La mayor parte de los menores afectados fueron llevados a dos clínicas privadas, donde fueron atendidos por pediatras y personal asistencial.

Se trata de una sustancia que se mezcla con el Gas Licuado de Petróleo (GLP) como un mecanismo para que el usuario pueda percatarse cuando se produce un escape. El GLP carece de olor perceptible y el mercaptano tiene un olor nauseabundo. La sustancia se dispersó y creó un fuerte olor en toda la capital dominicana, lo que creó miedo y problemas de salud en poblaciones vulnerables.

Las escenas eran caóticas, varios niños sufrieron crisis de nervio, mientras sus padres llegaban desorientados en busca de sus vástagos. Los dos colegios que tuvieron un mayor número de niños afectados  fueron el Fernando Arturo de Meriño, de la Universidad APEC y el Atrium.

Los centros que recibieron una mayor cantidad de casos, unos 40 en total, fueron el Centro Médico Real, ubicado en la avenida Rómulo Betancourt y el Centro Médico Dominicano, en El Millón.

Las dos salas de emergencias estaban  repletas de niños y niñas, sus padres, periodistas y curiosos que buscaban una explicación a la afluencia masiva de personas que de manera inusual llenaban aquella emergencia.

Dos personas también fueron llevadas a la emergencia del hospital Doctor Marcelino Vélez Santana, pero tras recibir atenciones fueron devueltos a sus casas.

Otro colegio, en cuyo consultorio se atendieron más de 20 menores con problemas respiratorios, fue el Don Bosco, ubicado en el sector que lleva el mismo nombre del Colegio.

La desinformación era generalizada, los médicos sólo sabían que los niños habían sido afectados por el fuerte olor a gas que desde las primeras horas de la mañana inundó los hogares de Santo Domingo y el Distrito Nacional.

La situación de más de 40 niños afectados y llevados a esas dos clínicas privadas puso a prueba la capacidad de esas salas de urgencia y de su personal.

Sin embargo, en los hospitales públicos del Distrito Nacional, valga decir, el Robert Reid Cabral, el Luis Eduardo Aybar, el Moscoso Puello y el Santo Socorro no hubo una afluencia masiva de pacientes.

Desde que se conoció la información, los médicos que atienden las emergencias comenzaron a preparar las condiciones para poder atender una gran cantidad de niños, pero el comportamiento de los casos fue como el de un día cualquiera.

La doctora Ymilkis Norberto, médico del Colegio Fernando Arturo de Meriño, estuvo dando asistencia a sus estudiantes.

También estuvo en medio de la situación la pediatra Gloria Jiménez, del Centro Médico Real.

«Doctor ayúdeme. Profesora agárreme la mano, me duele mucho la cabeza, tengo náuseas, quiero ver a mi mamá», eran sólo algunas de las frases que se escuchaban de los asustados estudiantes.

En el colegio Don Bosco, los más de 20 niños que llegaron al consultorio presentaban irritación en la vista, irritación en la nariz, nauseas, cefaleas y sensación de  mareo, dijo la doctora Andrea de Jesús.

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