¿Quién salvará al Gobierno del DR-Cafta?

<p>¿Quién salvará al Gobierno del DR-Cafta?</p>

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Las posiciones y actitudes adoptadas por las autoridades dominicanas, en cuanto a cumplir con los requisitos que permitan hacer entrar en vigencia el famoso tratado de libre comercio mejor conocido como el DR-CAFTA, tiene preocupados a muchos, y a otros intrigados, por conocer las causas de esa resistencia oficial de darle cabida a un acuerdo que se pinta como el regalo de los dioses para la economía.

No hay dudas que existen factores que impiden una entrada en vigencia e inmediata de dicho acuerdo, cuando a cada rato los norteamericanos sacan a relucir nuevas exigencias, y los centroamericanos tienen temores de que se verían arropados por la producción dominicana, en especial en el área de las cervezas y de las harinas.

O peor, los felices de que todavía no entre el acuerdo en vigencia, son los integrantes del gobierno, que dilatan darle vigencia a leyes y regulaciones que van desde desmontar numerosos aranceles aduaneros, que reduciría el notable aumento de las recaudaciones fiscales. Al gobierno dominicano se le requería que dejara de lado el otorgamiento de obras públicas de grado a grado y que las compras oficiales también deben hacerse por licitación pública y fiscalizada, así como la contratación de otros servicios, normalmente requeridos en el área oficial.

No hay dudas que las ventajas que le permitían cobrar más impuestos, y continuar otorgando obras sin el paso previo de los concursos, como se está anunciando en estos días, que vemos como los gobernadores provinciales están anunciando obras millonarias en sus provincias, muchas paralizadas desde hace tiempo y otras nuevas, por lo que los políticos del PLD y sus aliados, se les haría un flaco servicio a sus objetivos reeleccionistas, y también los antirreleccionistas, ya que todos están abrevando de la misma ubre oficial, por lo que el DR-CAFTA podría continuar sumergido y oculto en una nebulosa del desinterés político del gobierno.

El DR-CAFTA se presenta como la panacea a todos los males de producción y para eliminar la pobreza con los negocios que se abrirán, ya supuestamente llegarán muchos inversionistas y nuevos productos se colocarán en los anaqueles de los supermercados para competir y motivar a que el productor dominicano sea más eficiente y competitivo para que también sus productos lleguen a los socios del tratado de libre comercio.

Los tratados de libre comercio tienen sus ventajas. Sus apologistas lo presentan como la solución de los grandes males de los países en vía de desarrollo para eliminar el desempleo y elevar el nivel de vida de sus residentes. Sin embargo, la historia mejicana presenta lados oscuros y claros con la vigencia del NAFTA. El éxodo no se ha reducido, es permanente de los mejicanos hacia los Estados Unidos, que ha obligado al gobierno de Bush a emplearse a fondo para construir un muro de más de mil kilómetros en la frontera para desalentar una migración que señala que los beneficios del tratado no ha cubierto a toda la nación mejicana, revelando que ha afectado a muchos sectores que se han visto desplazados por la producción que les llega desde el norte.

Hay temor difuso en todos los sectores dominicanos, pese al supuesto empeño del gobierno para que el DR-CAFTA entre en vigencia, tal cosa es puro formalismo ya que la situación actual les permite desenvolverse con holgura en cuanto al monto de las recaudaciones por vía de los aranceles aduanales, que por su elevado grado de arbitrariedad e interpretación antojadiza de los liquidadores fiscales impulsa a que el nivel de contrabando sea cada vez más elevado, habida cuenta por los anuncios semanales de descubrimientos de tales operaciones y cientos de furgones son retenidos y confiscados por las autoridades por tratar de introducir mercancías de contrabando disfrazadas de harina, arroz, u otra clase de mercancías importadas con menos gravámenes.

El espectáculo está montado, mientras los norteamericanos dicen que está a las puertas el inicio del tratado de libre comercio, y por igual la contraparte dominicana dice que ha cumplido con todos los requisitos, la verdad que parece existir un freno en algún lugar de las altas instancias políticas del poder que no le interesa que por ahora se dé la apertura formal del mercado. Esto por un lado reduciría muchos ingresos impositivos y por el otro le permitiría al consumidor criollo disfrutar de productos extranjeros que ahora se venden muy caros y que por obra y gracias del tratado DR-CAFTA deberían reducir sus precios para ser más asequibles a los dominicanos, como sería el caso de los vehículos de origen norteamericano.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas